Dom, 10/16/2022 - 16:17

Amar, en tiempos que parecen negárnoslo

En este compilado de relatos se le da tratamiento a uno de los temas eternos de la literatura, el amor.

José Manuel Garcia Gil es el encargado de la selección y el prólogo, bastante regular, de estos cuentos, en el plano actual de la literatura nacional. Colombia, un país que practica diariamente ejercicios y dinámicas que desde lo social y lo humano hacen pensar que el verbo amar ha quedado relegado, y sus antónimos, en cambio, son los que imperan impunemente en el escenario de nación que hoy nos contiene. Desde ahí, entonces, son importantísimas esta clase de propuestas para generarle un bálsamo a esa ya deteriorada capa humana y social que nos arropa como nación, como sociedad.

Dentro de este entramado textual se hallan las propuestas de autores protagonistas en el plano de la literatura actual de nuestro país, pero también las nuevas apuestas, los autores que apenas están emergiendo y aún aquellos que todavía se hallan bajo las capas del subterráneo, invisibilizados, pero con una fuerza y una potencia que ya empiezan a merecerles el reconocimiento. El lector, de la mano de estos autores, irá cayendo por el mundo, por el desgaste de lo que perdemos en el trasiego de la vida; por el sexo, tema siempre fascinante, por los moteles de mala muerte que tienen en las sábanas las historias de un mundo de personas desconocidas; por una de las categorías más potentes de la literatura actual, la mujer, por las cotidianidades, que a veces nos sorprenden; por los celos, el maldito mal de la posesión física del otro, por  la acechanza, por la muerte inauténtica, por lo que somos como sujetos en esta sociedad que nos abruma, por esas segundas oportunidades que todos muchas veces no pueden tener, mereciéndolas.

Admiro, de manera subjetiva, el cuento “Urnas”, del bogotano Santiago Gamboa, como uno de los mejores relatos de esta selección. Un narrador maravilloso, que sabe de honduras, que sabe los trucos del oficio para crear atmósferas con las palabras, y definitivamente un autor que logra calar muy adentro, en la médula, con sus historias. Gamboa siempre me ha parecido un excelente narrador. Sus descripciones espaciales y prosopográficas, por ejemplo, que arrojan de inmediato la imagen, me lo siguen confirmando.

Definitivamente existen cuentos muy bien trabajados en sus contenidos, en sus formas, en sus imágenes; otros muy regulares y algunos, pocos, bastante malos. Aparte del cuento de Gamboa, destaco, otra vez de manera subjetiva, las apuestas cuentísticas de J.J Junieles, con su cuento “El amor también es una ciencia” y de Gerardo Ferro Rojas con su relato “Huevos revueltos para el desayuno”. A mi juicio, los tres mejores del libro, aunque, está en ustedes el entrar y escoger su pódium.

Hay errores de edición, sin embargo, lo recomiendo por muchas cosas interesantes, en especial, por las que vienen haciendo los nuevos escritores; esas nuevas apuestas, esas nuevas voces, esos intentos geniales de inmortalidad que necesitamos seguir rescatando. Se trata de un libro que lees en confort y disfrutas en muchas de sus narraciones. Además, carajo, mantiene latente uno de los temas que nos hacen existir y que hemos ido olvidando en la rutina del caos y de la muerte.

Escuche el podcast de FugArte aquí.

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