Fanny Buitrago (Barranquilla, 1946) es autora de una de las obras más bastas del país. Entre sus títulos se destacan El hostigante verano de los Dioses, Señora de la miel, Los encantamientos, Tontos sagrados, monstruos amados, Canciones profanas, La otra gente, Cola de zorro, Bahía sonora, Los pañamanes, Los amores de Afrodita y ¡Líbranos de todo mal!. Además de novelista y cuentista, es dramaturga y ensayista y a lo largo de su larga carerra, varios de sus libros han sido traducidos al francés, italiano, portugués inglés, alemán y árabe.
Publicada por primera vez en 2003 y reeditada en 2022 por Seix Barral, en esta novela, Fanny Buitrago narra el impacto que genera la muerte de Gema Brunés, la modelo más reconocida del país, en su círculo cercano. Ante la noticia, esparcida como pólvora en medios de comunicación e Internet, el mundo que la rodeaba comienza a desmoronarse: sus agentes, amigos, protectores y malquerientes terminan atrapados en una espiral decadente en la que los intereses, los afectos y los odios terminan desdibujándose para revelar la esencia humana de los personajes.
Bello animal es el fiel retrato de una clase privilegiada que tiene en sus manos el poder de decidir el destino de cientos de miles de personas y en el que cualquier movimiento de uno de sus integrantes puede afectar a todas las fichas del entramado, como en un juego de ajedrez, llevando al pequeño mundo al triunfo o al fracaso.
Con una prosa riquísima, casi barroca, la autora aventura una Bogotá del futuro con videoteléfonos y relojes inteligentes que, sin embargo, sigue azotada por los problemas de siempre: la ciudad de Buitrago es cosmopolita y excluyente, los niños piden monedas para no morirse de hambre en medio de los anuncios publicitarios siempre luminiscentes, prometiendo un mundo mejor, de lujo y, sobre todo, de consumo. La novela está llena de escenas de opulencia y el derroche: abundan los tragos costosos y los platos exquisitos, las casas lujosas y el personal de servicio, siempre invisible, siempre sin nombre. El lujo contrasta con el telón de fondo de la eterna violencia de paramilitares, guerrillas, narcotraficantes y delincuencia común: el eterno ciclo de la historia patria.
Buitrago va construyendo el retrato de una clase alta bogotana encerrada en sus propios muros de cristal desde donde miran la ciudad y el mundo con displicencia, incluso con temor. Todo fuera de sus límites, controlados y moldeados para asemejar una vida perfecta, es una amenaza. Lo que importa, para ellos, es lo que sucede dentro de su mundo, en el que el hilo conductor es la proyección de la propia imagen: la de la modelo superestrella, la del prometedor político con un poder incalculable, la de la agencia de publicidad con incontables intereses, la de la presentadora de televisión influyente que teme su propia decadencia y la de las modelos que esperan la caída de Gema para ocupar su lugar, para estar delante de todos los reflectores y de todas las cámaras.
En el fondo, la novela es una reflexión sobre el poder y sus máscaras, esas que usa para permanecer en la sombra. Porque, claro, la protagonista, Gema, es un atrayente, misterioso y bello animal que escapa con gracilidad del peligro, pero el poder, el protagonista a la sombra, y que tiene tantas caras, tantas máscaras, es un animal que acecha, esperando el momento en que pueda dar el golpe que garantice su permanencia en la cima.
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