Lun, 10/08/2018 - 08:24
“No he pintado una gorda en mi vida”, Fernando Botero.

Colombia: Un viaje por el mundo con el maestro Botero

Informe de Passport Travel Magazine.

Fernando Botero cumple 85 años y para soplar las velas hemos preparado un viaje alrededor del mundo a través de sus obras más importantes.

No hay margen de error a la hora de reconocer una obra de Fernando Botero. El maestro, como se le llama cariñosamente en Colombia, es dueño de un estilo personal que lo sitúa entre los artistas vivos más importantes del arte contemporáneo. ¿Quién no ha visto un gordo o gorda de Botero? Sin embargo, él no lo reconoce así: “No he pintado una gorda en mi vida”, ha exclamado en repetidas ocasiones. Él prefiere explicar su obra como una búsqueda de la sensualidad a través del volumen.

Fernando Botero

Fernando Botero es el más popular de entre los artistas vivos de Latinoamérica del siglo pasado. Nació en Medellín, Colombia; pero su obra ha visitado el mundo entero, tanto en exposiciones permanentes como en temporales e itinerantes. Sigue activo desde que en 1948 comenzara como ilustrador en el diario de su ciudad natal, El Colombiano.

El Boterismo

Botero ha sabido hacerse con un estilo muy personal (algunos lo llaman ‘Boterismo’) que se caracteriza por la exaltación del volumen y por el tono burlón y desenfadado con que trata diferentes aspectos de la condición humana y de las tradiciones colombiana. En su obra hay escultura, pintura y dibujo.

Plaza Botero, Medellín

La ciudad natal de Fernando Botero es Medellín; la capital de Antioquia es conocida como la ciudad de la eterna primavera. El artista ha ido donando desde 1975 una gran parte de su producción al Museo de Antioquia, que las exhibe en una colección permanente que brinda al visitante una visión completa de la trayectoria del autor.

El Pájaro

Medellín es una de las ciudades más innovadoras de todo Latinoamérica. La ciudad ha sabido dejar atrás años de violencia e inseguridad y ha desarrollado un urbanismo que ha acabado por integrar en la ciudad incluso las zonas más desfavorecidas. Este desarrollo no ha dejado de lado la memoria de aquellos años pasados. Precisamente, una de las obras de Fernando Botero (El Pájaro) guarda el recuerdo de las víctimas de uno de los atentados más sangrientos vividos en la ciudad, el acontecido en 1995 en el Parque San Antonio.

De Medellín al mundo

Tal vez sean sus esculturas monumentales, que ocupan espacios públicos alrededor de todo el mundo, lo más reconocible de su obra. Son representaciones humanas y de animales que se desarrollan en volúmenes exagerados. En España se encuentran algunas de estas piezas, como El Gato, en la Rambla del Raval, en Barcelona.

 

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