Un pequeño diablito llamado Federico, hijo del más importante diablo Gerardo García, se va a adentrar en el mundo humano para realizar las más malignas y tiernas travesuras que ningún diablito jamás haya cometido, encontrándose con grandes sorpresas.
“Pelos de Diablo” es una de las recientes ediciones de Editorial Panamericana sobre un trabajo teatral del escritor colombiano Triunfo Arciniegas, que nos propone, con un montaje escénico infantil entretenido y lleno de enseñanzas, a atrevernos a llevar a niños y jóvenes a las tablas a través de personajes que no solo sacarán a más de uno una sonrisa, sino que, además, enviarán mensajes de alegría, de la existencia, de la vida como un ir y venir entre una comunidad que quiere gozar alrededor de una figura que siempre es estigmatizada, pero que, en realidad, se trata de “cómo nos comportamos en la vida común y corriente, de las advertencias del padre al hijo…” (Arciniegas, 2021; 30).
“Pelos de diablo” viene además acompañado de las maravillosas ilustraciones del maestro narrador, actor e ilustrador Alexis Forero Valderrama ‘Alekos’, quien le da vida a nuestro diablito Federico y al elenco con sus trazos llenos de inocencia y claridad sobre la historia. No en balde, durante la trigésimo cuarta edición de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, durante la conferencia auspiciada por Panamericana Editorial titulada “Grandes maestros de la tradición oral, el teatro y la literatura infantil en Colombia”, Triunfo Arciniegas, Alekos y Olga Lucía Jiménez, en compañía de Iván Darío Álvarez de “La Libélula Dorada”, nos transportaron al universo de “Pelos de Diablo” y otras historias como una invitación a no perder el espíritu del ser infantil en su esencia inocente y exploradora, así como buscar y encontrar el asombro del teatro y la tradición oral como medios de comunicación que fortalezcan en nuestros niños y jóvenes el amor por las historias y la interpretación de las visiones del mundo de su entorno.
Este libreto teatral es una ventana a un entorno que, quizás para todos nosotros, será familiar. La fantasía y la ficción son los pilares de la historia de un diablito que es querido, buscado, admirado y hasta condenado en una serie de actos donde se reproduce el humor y la reflexión sobre las instancias de la vida joven y adulta, así como la convivencia con un pequeño que resulta peculiar, mas dulce, lo que le generará un conflicto con el mismísimo diablo, pero que también se verá cautivado por la belleza de las circunstancias.
Ahora bien, hacer el ejercicio de leerlo en el aula e invitar a los estudiantes a participar en esta historia es una experiencia adorable y fascinante: los dibujos, las reseñas, la interpretación y, más aún, el recuerdo del hecho de conocer a Federico y demás personajes. En el ejercicio docente, trabajar esta obra en espacios de clase teatral potencia mucho la creatividad y la imaginación en los estudiantes, el ingenio y la destreza en interpretar un personaje y una historia. Con los más pequeños, es un viaje por un pueblo que ellos dimensionan desde una vivencia previa, pero con una particularidad: la antítesis de la figura de un diablo perverso, por la inocencia y dulzura de quienes hacen posible la función literaria de “Pelos de Diablo”; para ellos al inicio, podría ser una historia de connotaciones malignas, y la sorpresa llega al sentirse identificados con los pequeños protagonistas.
La obra de Triunfo Arciniegas ha permitido un acercamiento a la tradición oral, al manejo de espacios y personajes peculiares, que se reflejan en la realidad de cada una de las personas que se adentran a sus historias. Resulta muy gratificante entender, desde sus palabras, que “el teatro es la vida que vivimos en el escenario y la emoción que trasmitimos al público. Lo que hacemos, lo que somos” (Arciniegas, 2021; 35). A través del ejercicio literario y teatral, le concedemos a las personas una manera distinta de entender el mundo que vivimos, un formato de reflexión sobre el hombre en su ser individual y social, sobre la fantasía y la ficción que resultan ser una interpretación magnánime del universo como lo vemos todos los días en su caótica o desinteresada realidad.
Para jóvenes, niños, directores teatrales, docentes, padres de familia, actores, curiosos, soñadores, para todos, tenemos necesidad de obtener Pelos de Diablo, pues ya lo decía Federico, “nos calman los nervios, nos ilusionan, nos reconfortan y nos saldrán cachos y rabo de diablo”. ¿Quién no querría algo así?
Por: Sofía Garzón Soto
Licenciada en Humanidades y Lengua Castellana - Universidad La Gran Colombia
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