Enfrentarse a kilómetros que pueden ser de soledad, de lluvia, de exceso de frio o calor, a la sed o al hambre, a dormir a la intemperie o en compañía de peregrinos desconocidos que con sus ruidos no permiten un descanso reparador. Enfrentarnos al dolor físico o a la aparición de alguna enfermedad, todo esto y algo más requieren de una debida preparación mental y física.
Desde la Oficina del Peregrino en Santiago de Compostela, nos recomiendan revisar entre los posibles motivos para hacer el Camino. Como si es para encontrarnos con nosotros mismos, o hallar sentido a la vida, estar en un medio que favorezca la reflexión, cumplir una promesa, conocer otros peregrinos, recorrer los millones de pasos que han hecho los caminantes durante siglos, aprender de la cultura y arte que hacen del Camino, o para profundizar y enriquecernos en la Fe. Cualquiera sea o sean las razones, que comencemos con un buen impulso espiritual, sabiendo por qué y para qué, y no vayamos a desfallecer a mitad del Camino.
Ojo con el equipaje y los euros
Para ello hay que contar con la salud necesaria, y lo elemental en el equipaje y la cartera (¿bien de euros, o si no para qué?). Una buena revisión médica y caminar durante los días previos, plan de calentamiento, antes de embarcarnos en el Camino. Diez, veinte, treinta kilómetros diarios podremos recorrer, ya en la ruta. En cuanto al equipaje, que vaya muy bien ajustado. Pilar Gómez, reconocida guía turística y colaboradora del Camino de Santiago, dependencia de la Axencia Turismo de Galicia, sabe que la mochila no puede superar el 10 por ciento del peso corporal del peregrino. Buen punto de partida.
La mochila, que durante primavera y verano tenga una capacidad de espacio, hasta 45 litros. Ya en invierno hasta de 60 litros en esta medida de capacidad, pues tendremos que cargar elementos para protegernos del frío. Todo depende del peso corporal y fuerzas del peregrino. Muy importante que la mochila tenga hombreras acolchadas, para evitar lesiones, y ajustables las correas para pecho y cintura. Ensayarla bien en el sitio de venta, para ver otros detalles como compartimientos, que sea impermeable, que se ajuste a la altura de su portador, etc. Sobre el calzado, recomiendan la bota de ‘trekking” de media caña, que nos protege de torceduras en terrenos irregulares. Con buen sistema de amortiguación. Su caña es de media altura y se consigue en una tienda especializada para montañistas, previa postura y comprobación con diversos estilos. Usar este calzado durante varios días, para adaptarlo antes de iniciar el peregrinaje.
La ropa según la estación. En temporada caliente una pantaloneta o pantalón corto, de material que seque rápido (hay que lavarla al finalizar cada día). En época de invierno o temporada fría, con sudadera o jersey, livianos. Al lado un pantalón largo, para la caminata en amaneceres, antes de que caliente el sol. Calcetines sin costuras. Ropa interior en lo mínimo, es mejor lavarla diariamente. Gorra o sombrero, chanclas, unos ganchos con los cuales sujetar las prendas mientras se secan, linterna y pilas, botella o cantimplora para el agua, toalla, saco de dormir, una manta ligera para las noches frías, algún analgésico (y gasa, esparadrapo, y lo elemental del botiquín), protector solar, funda de almohada, detergente y lo de aseo personal, celular con buena batería y cargador, documentos personales y la credencial de peregrino. Y muchos, bastantes euros, hasta el bienestar espiritual necesita de ellos, con mayor razón estando lejos de la casa.
Esta Credencial del Peregrino es expedida por la Oficina del Peregrino, a la vuelta de la Catedral de Santiago de Compostela, o en algunos alojamientos del Camino, o en las iglesias parroquiales. El peregrino debe irla sellando en cada poblado, para finalmente obtener la Compostela, en Santiago.
AHORA SÍ, POR LOS CAMINOS PORTUGUÉS Y FRANCÉS
Estamos comenzando la ruta por el Camino Portugués, partiendo desde Tui, con meta en Santiago de Compostela. Dependiendo de las vías que vayamos tomando, puede ser entre 102 y 126 kilómetros a caminar. Justo el trayecto. La Compostela, certificación que expide la autoridad eclesiástica, es otorgada a quienes hacen al menos los 100 últimos kilómetros a pie o a caballo, o los últimos 200 Km en bicicleta. Debe llevar cuando menos dos sellos por día, en señal de que pasamos por igual número de sitios reconocidos del Camino. Portugués y Francés, los caminos que hemos tratado de conocer (bueno, conocer, lo que se dice conocer, requiere de caminar y repasar), pues recordemos que hay otras rutas, como la Inglesa, la Vía de la Plata, el Camino del Norte, etc.
Lo elemental, programar en donde dormir. Después pensaremos sobre los monumentos, sitios históricos, bellezas naturales, bodegas de vino y platos típicos, entre otros temas. En el Camino Portugués ya disfrutaremos en la villa medieval de Tui, de las vistas a la ría de Vigo, el puente romano de Ponte Sampaio, las termales de Caldas y muchas más sorpresas. En el Camino Francés, apreciar a O Cebreiro, pequeño poblado con la iglesia más antigua del Camino, y pallozas milenarias, construcciones presumiblemente celtas, con paredes en piedra y techos cónicos, a base de tallos de centeno. Contemplar el Monasterio de Samos, el puente de Portomarín, el Cruceiro (monumento religioso, por lo general de granito) de Melide, acaso el más antiguo de Galicia.
Y A LA HORA DEL DESCANSO
Galicia tiene más de 90 hoteles, con unas 55 mil plazas o camas. Entre ellos hay doce paradores, de la estatal Red Nacional de Paradores, establecimientos de lujo, algunos de ellos de herencia patrimonial. Las agencias ofrecen numerosos planes de viaje para mayor comodidad recorriendo estos dos Caminos, de siete días por unos 400 euros, con alojamientos en hoteles y casas rurales. En donde le brindan transporte de la mochila, entre pueblo y pueblo. Por supuesto que hay planes mucho más lujosos y costosos. Para los menos pudientes están los albergues. La Red Pública de Albergues del Camino de Santiago cuenta con más de 70 centros y unas 3 mil plazas.
En la parte del Camino Portugués, entre Tui y Santiago de Compostela, hay unos 100 albergues, entre privados y públicos. En el Camino Francés, desde O Cebreiro hasta Santiago de Compostela, unos 185, también privados y públicos. Además de los que encontraremos desde esta ciudad hasta Fisterra. Generalmente ofrecen camarotes (con ropa de cama desechable), baños, lavaderos y lavadoras, tendederos, cocina y salas. Los públicos van recibiendo a los peregrinos a lo largo de la tarde y por una sola estadía, hasta llenar el cupo. El que haya quedado por fuera debe seguir hasta encontrar en donde hospedarse o dormir. A las 10 de la noche apagan las luces y todos a dormir, a las 8 de la mañana se supone que los huéspedes han reiniciado el peregrinaje. A un enfermo le dan la posibilidad de albergue hasta por dos días. La tarifa diaria es de ocho euros en los albergues públicos, en los privados, de ahí hacia arriba, y aceptan reservaciones.
https://www.alberguescaminosantiago.com/albergues/
CASAS CAMPESTRES, HOTELES Y ALBERGUES
De paso por el camino portugués encontramos la Casa Os Areeiros (osareeiros.com), buen ejemplo de Hotel Rural, una edificación de principios del siglo 17 con 10 habitaciones estilo rústico, viñedos y piscina. Bodega de vinos” Os Areeiros”, variedad Albariño. Situada en Vilaboa, Pontevedra, a 68 kilómetros, al sur de Santiago de Compostela. El turismo rural de Galicia ofrece unas 230 casas como ésta (www.galiciaturismorural.es).
Parador del Conde de Gondomar o Parador de Bayona, parte de la fortaleza de Monterreal, que supera los 2 mil años de existencia. Su atalaya frente al Atlántico permite al viajero contemplar ponientes de gran ensoñación. Es uno de los 100 establecimientos de la Red Nacional de Paradores, propiedad del estado español. Sus murallas tienen 3 kilómetros de extensión. https://www.parador.es/es/paradores/parador-de-baiona
Ya en Santiago de Compostela encontramos al Hotel Compostela, que ocupa un edificio histórico sobre la reconocida plaza de Galicia, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Su estratégica ubicación permite a peregrinos y turistas desplazarse a cualquier punto de Santiago, incluida la Catedral, que tiene a unas cuantas cuadras. www.hotelcompostela.es/
Ahora, en el Camino Francés, tenemos establecimientos al alcance de todos, como el Albergue Ribadiso, en Arzúa, a 42 kilómetros de Santiago de Compostela. A uno de sus costados tiene el río Iso, que disfrutan los peregrinos. Con variedad de comodidades y la misma tarifa y reglamento de los albergues públicos, de 8 euros. Con instalaciones adaptadas a personas limitadas, física y sensorialmente. https://www.alberguescaminosantiago.com/albergues/albergue-de-peregrinos-de-la-xunta-de-galicia-ribadiso-da-baixo-la-coruna/
Hotel Rural Pazo de Sedor, también en Arzúa. Funciona sobre un edificio del siglo 17. Tierra quesera, el último tramo en el Camino Francés, antes de llegar a Santiago de Compostela, que está a 32 kilómetros. www.pazodesedor.com
El Parador Costa de Morte, a 3 kilómetros de Muxía, a 23 de Finisterre y 73 kilómetros de Santiago. Modernísimo hotel de la Red Nacional de Paradores construido en varios niveles que se adaptan a la topografía de la ladera, frente a la Praia (Playa) de Lourido. Sus cubiertas vegetales se confunden con el paisaje. Dispone de 63 habitaciones a todo lujo, un edificio de 15.000 m2, sobre una parcela de 128.000 m2 al borde del Atlántico. https://www.parador.es/es/paradores/parador-costa-da-morte?language=en
A sólo media hora del Parador está el majestuoso Faro del Cabo Fisterra, para los romanos “el fin del mundo”. A lo largo de estos caminos y seguramente en todos los pueblos gallegos, es raro ver agentes de policía. Reina la seguridad.
www.caminodesantiago.gal www.spain.info www.amigosdelcamino.com
Añadir nuevo comentario