Las 18 ciudades de esta edición podrán disfrutar de los 4 cortos de Primeros planos, primeros cortos - 30 años del Festival de Angers, un programa que celebra tres décadas de esta cita anual que reúne a 86.000 espectadores, presenta 100 primeras películas europeas en seis secciones competitivas y además del encuentro de las generaciones más jóvenes, permite descubrir y re-descubrir piezas maestras de la cinematografía europea. Este programa se presentará en Cine Tonalá Bogotá, el martes 02 de octubre, durante la programación de BOGOSHORTS sessions.
Dentro de esta muestra que hará parte del 17 Festival de Cine Francés están La edad de las sirenas (L'Âge des sirènes, 2017) de Héloïse Pelloquet, un cortometraje de ficción que cuenta la historia de Mattis, quien mientras trabaja en un bote, descubre un mundo totalmente desconocido que hace de su verano algo inolvidable.
El director y guionista, Hubert Charuel quién también cuenta con un largometraje dentro del Festival, Petit Paysan (2017), participa con su cortometraje K-Nada (2017) la historia de dos hermanos que son polos opuestos. Greg participará como DJ en un concurso y Valentín transportará kilos de marihuana.
Los monstruos se convierten en amantes (Jeunesse des loups-garous, 2015) de Yann Delattre nos sumerge en la historia de Sébastien, quien en medio de su timidez y torpeza intenta seducir y llamar la atención de Julie quien entre su trabajo, su novio y su compañera de casa japonesa, avanza con decisión en la vida sin notar la presencia de Sébastien ¿En qué terminará esta historia?
Chasse Royale (2016) de las guionistas Romane Gueret y Lise Akoka, es su primera colaboración y debut como directoras. Un cortometraje desarrollado a las afueras de Valenciennes que nos adentra en la historia de Angélique durante su casting.
Finalmente, en algunas proyecciones del resto de la programación del 17 Festival de Cine Francés, se presentará Lupus del colombiano Carlos Gómez Salamanca, coproducción colombo-francesa que se centra en una cruda noticia de crónica roja para entrar en el lado salvaje de la ciudad, mostrando la relación entre una jauría de perros abandonados que retornan a un estado salvaje (lobos), y la expansión descontrolada de la urbanización en Bogotá. Este proyecto hace parte de una trilogía (junto a Carne y Yugo) del director que operan desde una estructura narrativa que apunta a la construcción de un vacío, un sistema donde las diferentes escenas funcionan como rumores alrededor de un hecho incierto e inquietante vinculado a la imagen latente del cuerpo destruido.
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