Mié, 12/21/2022 - 11:58

Reseña. El hombre es ciego a la naturalidad de la mujer

Interpretación del cuento “El hombre que amó a las nereidas” Marguerite Yourcenar.

Se sabe que las nereidas se conocen por ser las hijas de Nereo que era el dios del mar; enmarcan la belleza femenina, representando a divinidades que protegían a los marineros en sus viajes al mar.

Vemos la historia de un viajero que contempla en un muelle a un hombre vagabundo, desesperanzado, el cual es descrito físicamente con un matiz metafórico.

El vagabundo está ahí, sin decir una sola palabra, en un estado contemplativo, cuando un hombre se le acerca al viajero para darle a conocer la historia de ese vagabundo, es ahí cuando empezamos a introducirnos en una historia que podría tomarse de manera literal con una tonalidad fantasiosa y a su vez simbólica; El hombre que amó a las nereidas tiene una particular forma de describir lo acontecido a lo largo del cuento, mostrando como un hombre acomodado, buen amante y atractivo se perdió en el deseo y el amor de la divinidad. 

El hombre que amó a las nereidas está ambientado en Grecia y a su vez estas figuras hacen parte de su mitología, por lo que se podría afirmar que quiere reflejar las creencias de los griegos en cuanto a estas divinidades: mujeres hermosas y misteriosas que se asocia con fantasmas y ninfas. 

Cuando Panegyotis salió en busca del veterinario y regresó luego de un tiempo cambió tanto en su aspecto físico como espiritual donde sus hábitos anteriores y su manera de ser se habían perdido completamente. Lo anterior tras el encuentro con las nereidas y su entrega a la belleza, al amor y deseo caprichoso. Conoció el amor y la belleza en un estado tan limpio que no pudo describir más que la perfección encontrada. 

El protagonista de El hombre que amó a las nereidas se cerró a toda cosa y situación humana, deleitándose en su pensamiento con lo vivido anteriormente con las divinidades y la esperanza de poder siempre repetirse. No le importaba más nada en su vida que la anáfora de una pasión y de un acto amoroso que lo completaba en su ser interior. Podría decirse también que hay un eros enamorado de la belleza, de la plenitud que necesita más que un contacto divino para saciar ese lenguaje amatorio entre un mortal y una divinidad. 

Para finalizar, también podemos inducir a una interpretación sobre las tres mujeres americanas, como un símbolo de la belleza femenina en cuanto a todas las mujeres se refiere. Ese misterio que emana la mujer, de una independencia y sensualidad que solo este género puede revelar.

El hombre es ciego a la naturalidad de la mujer, pero esta, al abrirse en todos los aspectos que contiene, deja al hombre hechizado. 

 

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.