Conversamos con el director del Festival, Henry Jiménez…
¿Cómo nace el Festival de Poesía de Fusagasugá?
Nace de la labor de promoción de lectura y escritura creativa que realizamos desde la “Fundación Cantemos Fusagasugá” en instituciones educativas de la ciudad, tanto urbanas como rurales. Pensamos que una manera ideal de tener una celebración alrededor del proyecto era el festival de poesía, para reunir en él a los escritores y los niños.
¿En qué año nace el Festival?
El primero lo hicimos en 2013, y desde entonces tuvimos la idea de no claudicar, porque no tendría sentido hacer uno cada tres o cuatro años, sino que tuviera continuidad para poderlo posicionar en la región. De hecho, ya es un festival fuerte de poesía en la región.
¿Sigue siendo la Fundación Cantemos la que realiza el festival?
Sí, claro, la Fundación es la que lo lidera; sin embargo, son muchas las personas que se suman: amigos, artistas, poetas locales, instituciones educativas… la organización se hace con el aporte de todos.
¿Hay respaldo de la administración municipal para el festival?
No. Es un festival privado y respaldo no hay. De pronto en algunas cosas, en algunos aspectos; nosotros invitamos, por ejemplo, una escuela de formación de la Secretaría de Cultura y nos facilitan que la escuela vaya y haga un taller o una obra de teatro, como cosas más de contribución alrededor de lo artístico, pero, digamos, en términos económicos, no. Muy difícil, hacer un festival es muy difícil, y lo otro, el empresario fusagasugueño tampoco tiene consciencia de su responsabilidad social; cuando usted va a solicitar que la empresa patrocine o done, la verdad, no les interesa, no les gusta, son muy cerrados a eso.
¿Entonces, resulta muy complicado, como tantas veces, conseguir los recursos para pagar toda la logística? Es el eterno problema de siempre…
Sí, hacer un festival de cualquier índole requiere capital. Nosotros logramos sostenerlo con recursos propios, hay amigos que dicen “yo le aporto tanto”, o poetas que vienen cubriendo sus propios gastos, aunque a otros sí tenemos que pagarles.
¿Si se suma todo lo que se paga y lo que no, cuánto puede estar costando el festival?
Si tuviéramos que pagar todo y a todos, podemos estar hablando de 40 a 50 millones de pesos. El año pasado tuvimos un recurso del IDECUT, pero es muy difícil acceder a ese recurso.
¿Dónde puede la gente conseguir más información sobre el festival de poesía, cuál es el programa, quiénes participarán, etc.?
Hay una página en Facebook, “Festival de Poesía de Fusagasugá”, y otra en cantemosfusagasuga.jimdo.com. Allí encuentran información sobre cada artista que viene; cada poeta tiene su reseña, su fotografía, y está detallada toda la información sobre el cronograma, con los lugares y el horario de los eventos.
Nombremos dos poetas de los más representativos que estarán este año.
Este año haremos un homenaje a Luis Alberto Castaño Montoya, por su trayectoria, que sería como el poeta local, y de afuera vienen poetas muy importantes, como Hernando Guerra, Javier Moyano —que hace parte de la generación de los 80-, Carolina Cárdenas —que se ha ganado todos los premios de poesía, de cuento y de narrativa a nivel nacional, con publicaciones en México, en España y en otros lugares-, Marisol Barahona, Catalina Wilches, Angélica Acero —que es una colombiana radicada en Argentina, donde dirige un programa de literatura-… todos son muy buenos, con un perfil profesional y una trayectoria bastante amplia en su labor poética.
¿Dónde se van a realizar las muestras poéticas?
En el auditorio Emilio Sierra Baquero, de la Universidad de Cundinamarca; arranca el día jueves a las 6 de la tarde, hasta las 9 de la noche, y el viernes será allí mismo, desde las 4 hasta las 8 p.m. Hay conferencias, talleres de literatura, talleres de promoción de lectura en escuelas rurales… Hay un programa bastante amplio, no sólo esos dos días de poesía.
¿Cómo es el aporte de los colegios, de los profesores de literatura, al festival?
En las escuelas rurales donde desarrollamos nuestro proyecto nos colaboran con la logística para llevar a los escritores a que se reúnan con los niños; este año lo haremos en la escuela Bosachoque. Y con el SENA tenemos un proyecto de Oratoria, así que allí tendremos conferencias. Las instituciones educativas nos facilitan los espacios para que allí hagamos los talleres y demás.
¿Hay docentes en Fusagasugá que estén comprometidos con la promoción de la poesía?
Sí, hay uno que trabaja en la escuela General Santander que hace un trabajo interesante con niños, promoviendo la poesía, pero del resto no conozco.
¿Qué impacto está produciendo el festival de poesía en el quehacer cotidiano de Fusagasugá, en los estudiantes, en el surgimiento de más escritores de poesía…?
El festival cumple la misión de visibilizar la producción de los poetas locales y, por otra parte, generar atracción hacia la poesía y la literatura en general. Con los talleres de lectura y con el festival se está generando un semillero, que ha venido creciendo. Cuando empezamos, asistían 40 o 50 personas; hoy en día el festival logra la asistencia de unas 1.400 personas a todas las actividades que realizamos. Es un referente para la región, porque es el único festival de poesía en Cundinamarca, descontando Bogotá; eso hace que nos visiten de otros municipios, como Chía, Sesquilé, Subachoque, y es posible que pronto se organicen otros festivales de poesía en otros municipios cundinamarqueses.
Muy bien. ¿Qué nos queda por decir?
Pues invitar a la comunidad para que asista a todas las actividades. Además de poetas tendremos artistas musicales de diferentes expresiones, como un dueto de guitarras; otro de dos mujeres, el dueto Orquídea, ganador de la Rumba Criolla el año anterior, con arpa y guitarra; el grupo Los Bluseteros, muy famoso en Fusagasugá; César Dimaté, director del festival de Rock, y el acceso a todas las actividades es gratuito.
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