Por: Óscar Javier Ferreira Vanegas
Su espíritu emprendedor e innovador, lo convirtieron en un respetado hombre de negocios. Pero, a la par de su talento empresarial, traía oculto el don de la declamación y la poesía. Grabó para la CBS dos discos en su voz, donde declamaba las letras de famosas canciones.
Escribir era su pasión. Todos los días, sagradamente, alternaba sus labores ejecutivas en su oficina de la calle 22 con octava, en Bogotá, encendía su computador, escuchaba sus muchas canciones compuestas, incluyendo éxitos de Ana y Jaime, hasta versiones de solistas y duetos, a los que patrocinó con su sello Semilla Music.
Sin duda, lo más trascendente de su trabajo literario poético, se convirtió en canción gracias al aporte creativo musical y de producción del maestro Jorge Zapata, quien musicalizó muchos de sus poemas, grabados en sus estudios de Zapata's Producciones, e interpretados por su esposa Bibiana, y famosos cantantes.
Fueron famosos sus recitales a la paz, realizados en el Congreso de la República, el Concejo de Bogotá, la Casa de Poesía Silva, y muchos otros escenarios, donde su voz clamaba justicia y confraternidad entre los colombianos.
Su voz profunda, fuerte y vibrante, emocionaba a la audiencia; seguidamente, intervenía el maestro Zapata, acompañando en su piano, la versión cantada de las obras.
Amante de su terruño natal, Dolores, Tolima, nunca se cansó de exaltar y pregonar su orgullo por su patria chica.
Honor y gloria a un gran personaje, talentoso, amable y sencillo, amigo incondicional, y ejemplo del hombre del pueblo que escaló los peldaños del éxito, y dejó un legado extraordinario con sus poemas y canciones.
Hasta siempre querido amigo, poeta del corazón, de la vida y de la paz. Un orgulloso y ejemplar hijo de Colombia, que en vida se llamó Fabio Polanco, y que hoy declarará con amor para el Padre Celestial.
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