Es el “hombre” más apreciado y conocido en el barrio bogotano de Rionegro, en donde anda a sus anchas y sin ningún peligro que provenga de humano. Más bien corre riesgos vehiculares. Es administrador ad honoren y trabaja cuando le viene en gana. No es pordiosero, pero desde diversas fuentes recibe alimentación gratuita. Tiene nombre de estilista, pero más bien es puro criollo. No es estrella de las artes, ni prócer, pero le han dedicado tres pinturas, una de ellas a manera de mural.
Leer más...