El cargo de director del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, INPEC, es el más sacrificado del servicio público en el país. Entendible por la cantidad de conflictos que maneja y la ingrata tarea de encargarse de las medidas de seguridad impuestas a personas sindicadas o condenadas por diferentes delitos, atención a la población intramural y la resocialización de los privados de la libertad, como funciones principales. A los problemas de corrupción se suma la falta de infraestructura para la demanda carcelaria, escaso personal de guardia para vigilar a los detenidos, ineficiencia en la ejecución y una organización de trabajadores con 82 sindicatos que hace inmanejables las relaciones laborales.
Leer más...