Que Iván Márquez, “Jesús Santrich”, “El Paisa” y otros miembros de las Farc anunciaran que vuelven a las armas, es la oficialización de lo que siempre se rumoró, un sector de esa organización que firmó los acuerdos de La Habana nunca renunció a la ilegalidad. Llegaron a los diálogos de paz como pescadores, buscando los beneficios del proceso sin tener la voluntad real de abandonar sus actividades ilícitas, menos de respetar los postulados de verdad, justicia, reparación y no repetición. Los incumplimientos por parte de los entonces desmovilizados comenzaron cuando fueron llamados a responder por los compromisos adquiridos, acogiéndose a la Jurisdicción Especial para la Paz. A pesar de las prerrogativas otorgadas en el capítulo de justicia, infringieron la obligación de presentarse ante la JEP.
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