La vida humana no vale nada. Es una sentencia que constantemente me verifica la actualidad. Hay contagios, enfermos, se saturan los hospitales, se llenan las camas, no queda hueco, se fuerzan huecos usando camas de parto, camas para operaciones oncológicas, todo se usa. Entonces se toman medidas, empiezan a respirarlos sanitarios, parece que las camas empiezan a quedarse vacías. En ese momento pese a que los números no sean mejores, se vuelven a soltar las medidas… y vuelta a empezar.
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