Los cucuteños y nortesantandereanos en general parece que han agotado la paciencia, están saliendo de la apatía, ya se acaba la fiesta y toman forma el desconsuelo y la rabia. Población históricamente dependiente de los venezolanos, ahora sí que ha quedado secuestrada por la dictadura vecina, sus protectores castristas, Putin y Xi Jinping, la coca, el virus chino y cuantos destructores de nuestras naciones están imponiéndose sobre los sufridos venezolanos y colombianos. Con el agravante de los daños causados por el desgobierno, en lo local, regional y nacional.
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