“Bienaventurado es el que vive con mansedumbre, el que practica la misericordia allí donde se encuentra, el que mantiene puro su corazón allí donde vive. Para convertirse en bienaventurado no es necesario ser un héroe de vez en cuando, sino un testigo todos los días. El testimonio es el camino para encarnar la sabiduría de Jesús. Así ́ es como se cambia el mundo, no con el poder o con la fuerza, sino con las bienaventuranzas. Porque así ́ lo hizo Jesús, viviendo hasta el final lo que había dicho al principio. Se trata de dar testimonio del amor de Jesús”, dijo el Papa Francisco en la misa de su segundo día de visita a Irak, este sábado 6 de marzo.
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