Cuando alguien se entera de que me dedico a escribir día y noche, de lunes a viernes, veinticuatro-siete, todo un mes, todo un año, toda la vida, de las primeras cosas que me preguntan es de dónde sacó tantos temas, sobre quién puedo escribir tanto, o, y esto ya le queda a los más avanzados en cuanto al análisis cerebral, cómo soy capaz de escribir tantísimo tiempo de manera sostenida sobre el mismo tema, porque saben que siempre escribo sobre lo mismo.
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