Lun, 10/29/2018 - 12:35
Jair Bolsonaro es el presidente electo de Brasil.

Brasil eligió a Bolsonaro

Jair Messias Bolsonaro ​es el nuevo presidente de Brasil, cargo que empezará a ejercer de manera efectiva desde el 1 de enero de 2019 hasta 1 de enero de 2023. Los puntos claves de su discurso de triunfo y los desafíos que enfrentará en la presidencia, son motivo de análisis.

Bolsonaro, es un militar de reserva y político de ultraderecha​ brasileño. Cumple actualmente su séptimo mandato en la Cámara de Diputados de Brasil, elegido por el Partido Progresista (PP). En las elecciones generales de 2014, fue el diputado federal más votado en el estado de Río de Janeiro con apoyo del 6 % del electorado fluminense (464.000 votos).

En 2017, fue considerado por el instituto FSB como el parlamentario más influyente en las redes sociales. ​

En enero de 2018, anunció su filiación al Partido Social Liberal (PSL), ​ el noveno partido político de su carrera desde que fue elegido concejal en 1989.

Además de él, su hermano Renato Bolsonaro y tres hijos suyos también son políticos: Carlos Bolsonaro (concejal de Río de Janeiro por el PP), Flavio Bolsonaro (diputado estatal de Río de Janeiro por el PSL) y Eduardo Bolsonaro (diputado federal de São Paulo también por el PSL). ​

Se hizo famoso por sus posiciones nacionalistas y conservadoras, por la defensa de la dictadura militar de 1964, ​ por sus críticas a la izquierda, ​ por haber considerado la tortura como una práctica legítima, ​ por sus posiciones contrarias a los derechos LGBT​ y por varias otras declaraciones controvertidas durante la campaña electoral de Brasil, las cuales le valieron cerca de 30 pedidos de casación​ y tres condenas judiciales. ​ Sus posiciones políticas generalmente son clasificadas como alineadas a los discursos de extrema derecha. ​

El 7 de octubre de 2018 fue confirmado como candidato a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales después de ganar las elecciones y obtener un 46.03 % del total de votos contados​.

Se enfrentó al candidato por el Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad (29.28 %).

La segunda vuelta de las elecciones tuvo lugar este domingo 28 de octubre y Bolsonaro fue elegido presidente con 55.13 % de los votos.

El partido PSL fue fundado en 1994 por el empresario Luciano Bivar, originalmente como un partido político socioliberal

En 2015, el PSL se sometió a una reforma encabezada por el ala interna socioliberal "Livres", con nombres como el científico político Fábio Ostermann y el periodista Leandro Narloch reforzando la afiliación del partido con las políticas socioliberales. ​

Sin embargo, el 5 de enero de 2018, el polémico político derechista Jair Bolsonaro se convirtió en miembro del partido, lo que llevó al ala "Livres" a abandonar el partido en protesta por los puntos de vista social conservadores de Bolsonaro.

Después de la salida de Livres, el partido siguió un camino nacional-conservador. Desde entonces, el partido ha discutido un cambio de nombre, ya sea a "Republicanos" o "Movilizar" (Mobiliza). El partido apoyó la destitución de la presidenta Dilma Rouseff, declarada culpable del delito de responsabilidad en el maquillaje de las cuentas fiscales y la firma de decretos económicos.

Desde la entrada de Bolsonaro en el partido, el partido ha cambiado gran parte de sus ideologías, abandonando sus antiguas políticas socioliberales manteniendo sus políticas económicas liberales, apoyando la privatización y descentralización mientras que al mismo tiempo adopta políticas conservadoras sociales con respecto al aborto, legalización de la marihuana y la enseñanza de la identidad de género en las escuelas. ​

El partido es abiertamente anticomunista y sus miembros tienen prohibido hacer alianzas con los partidos políticos de izquierda.

Las heridas abiertas entre los candidatos durante la campaña se mantienen después del conteo final que le dio la victoria al jefe del PSL por 10 puntos de ventaja.

El líder izquierdista explicó sus razones para evitar el contacto y se limitó a un mensaje en Twitter.

"Presidente Jair Bolsonaro. Le deseo éxito. Nuestro país merece lo mejor. Escribo este mensaje, hoy, con sinceridad, para que estimule lo mejor de todos nosotros. ¡Buena suerte!", escribió el candidato derrotado.

Según explicó Haddad, la decisión de no llamar fue por los agravios recibidos por parte del ex militar a lo largo de la campaña. "Él me llamó canalla y dijo que si ganaba me arrestaría", declaró el profesor universitario, según publicó Revista Fórum. Desde el entorno del ex candidato petista, había incertidumbre por no saber qué tono elegiría Bolsonaro al recibir la llamada, por lo que decidieron no intentar la comunicación.

En campaña, Bolsonaro llamó "demonio", "canalla" y "antihumano" a Haddad, y señaló que se uniría a Lula da Silva en la cárcel "no para visitarlo, sino para cumplir una condena".

En su discurso a los medios tras conocer la victoria de Bolsonaro, Haddad dijo que respetará el resultado de las urnas, pero se abstuvo de felicitar a su rival.

Rescatar a Brasil

El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo este domingo que "cumpliremos la misión de rescatar a nuestro país", en su primera aparición tras imponerse en segunda vuelta ante el candidato petista Fernando Haddad.

"Lo que más quiero es, siguiendo enseñanzas de Dios y al lado de la Constitución y con buen asesoramiento técnico, exento de indicaciones políticas, comenzar a hacer un gobierno que pueda realmente colocar nuestro Brasil en un lugar destacado", dijo el capitán de la reserva del ejército y diputado federal dese el año 1991 en una transmisión a través de Facebook.

"Tenemos todo para ser una gran nación", indicó. "Nuestra misión no se escoge ni se discute, se cumple. Todos juntos cumpliremos la misión de rescatar a nuestro país", agregó.

Durante su mensaje Bolsonaro también advirtió que Brasil "coquetea con el socialismo, el comunismo y el extremismo de izquierda".

Los desafíos del nuevo gobierno

Es la primera vez en la historia que un candidato tan controversial, con un discurso extremista y antisistema, se convierte en presidente electo democráticamente del país más grande de América Latina. Temores y expectativas de un gobierno que promete ser distinto a todos y del que toda la región estará pendiente.

Sus antecedentes y el modo en el que llevó adelante la campaña despiertan enormes interrogantes sobre el futuro del país.

Entre otras peculiaridades, será el primer presidente que no pertenece a ninguno de los tres partidos grandes de Brasil: el PT de Lula da Silva, el MDB de Michel Temer y el PSDB de Fernando Henrique Cardoso. Es más, se declaró enemigo del establecimiento político y promete destruirlo.

Bolsonaro será también el primer mandatario de la postdictadura que es militar y que reivindica abiertamente al régimen que estuvo vigente entre 1964 y 1985. Además de reforzar la militarización de la seguridad interior, propone armar a la población civil.

Por otro lado, nunca un presidente latinoamericano se había expresado en contra de las minorías con la virulencia de Bolsonaro. "Sería incapaz de amar a un hijo homosexual, preferiría que muera en un accidente"; "los afrodescendientes no hacen nada, creo que ni como reproductores sirven"; e "indios hediondos, no educados y no hablantes de la lengua", son sólo algunos ejemplos.

Por todas estas razones, el arribo del ex capitán del Ejército al Palacio del Planalto despierta dudas e inquietudes sin precedentes. Estas son algunas de las más urgentes:

La economía

Con un magro crecimiento del PIB proyectado para 2018, Brasil aún no se recupera de la dura caída de más de siete puntos acumulada entre 2015 y 2016. Crecer por encima de 2%, algo que no consigue desde hace cinco años, es el gran desafío de la nueva administración.

"El plan de gobierno comienza por la propuesta de fusionar los ministerios de Economía, Hacienda, Planeamiento, Industria y Comercio en las manos del gurú Paulo Guedes, un economista liberal. El propio Bolsonaro, que afirma no entender de economía, le dio carta blanca al futuro ministro durante la campaña. Es una considerable concentración de poder", dijo la politóloga Mércia Alves, investigadora de la Universidad Federal de São Carlos.

Guedes, formado en la Universidad de Chicago y muy respetado por los mercados internacionales, quiere implementar un ambicioso paquete de reformas liberales. No hay dudas de que va a ser fuertemente resistido por los sindicatos y por parte de la opinión pública, así que está por verse cuánto podrá avanzar y a qué costo político.

"Es difícil decir qué medidas serán aprobadas, pero posiblemente haya algunas salientes: la reforma del sistema previsional, la desregulación del mercado de trabajo, privatizaciones y un mayor control del gasto público", enumeró Maurício Michel Rebello, profesor de ciencia política en la Universidad Federal de la Frontera Sur.

La relación con el Congreso

Para llevar adelante su programa, Bolsonaro necesitará negociar, y mucho, en el Parlamento. Su partido, el Social Liberal (PSL), controlará a sólo a 52 de los 513 diputados, y a apenas cuatro de los 81 senadores.

Los gobiernos del PT y del PSDB tampoco habían tenido mayoría legislativa, pero habían construido coaliciones amplias con el MDB y con otras fuerzas menores. No está claro con quién tratará de coaligarse el ex capitán, más acostumbrado a la confrontación que al consenso.

"Si gobierna buscando utilizar su popularidad y las prerrogativas de su cargo para eludir las exigencias institucionales y la negociación con el Congreso, correría el riesgo de que se agote rápidamente el período de luna de miel con el Poder Legislativo, y de entrar en una espiral de conflictividad. No será fácil convencer a un Parlamento, que en la Cámara de Diputados tiene 30 partidos, de aprobar todo lo que quiera el Ejecutivo. Por otra parte, si aceptara hacer concesiones, se apartaría de la plataforma de moralidad en la política con la que muchos de sus electores lo asocian", dijo a Infobae João Botelho, profesor asociado del Área de Ciencia Política en la Universidad Federal de Goiás.

Bolsonaro tiene una ventaja. La experiencia de gobierno de Temer reveló que parte importante de la dirigencia política brasileña parece bastante alineada con las propuestas de Guedes. "Por la composición del Congreso, creo que la gobernabilidad va a ser relativamente tranquila", aventuró Rebello.

La política de seguridad

Una de las principales razones por las que Bolsonaro ganó las elecciones es la angustia de la población ante el aumento sostenido de la violencia criminal. En 2017 fueron asesinadas 63.880 personas en Brasil, un 3% más que en 2016. Son 30,8 homicidios cada 100.000 habitantes, más que México, donde son 25. Sus votantes creen que, por su formación militar, va a aumentar la seguridad reprimiendo la delincuencia con mayor firmeza.

"La propuesta de 'armar a los ciudadanos de bien', usando a países como Estados Unidos y Alemania como modelos, implica facilitar la portación de armas —dijo Alves—. En el primer semestre del año ya hubo más de 26.000 homicidios, la mayoría por armas de fuego. El total de muertes violentas en Brasil es 30 veces mayor al de Europa y aún superior al de países en guerra".

La seguridad está militarizada desde hace tiempo en Brasil. El caso extremo es Río de Janeiro, estado por el cual es diputado Bolsonaro, que desde principios de año tiene a la policía intervenida por las Fuerzas Armadas, por decisión de Temer. Lo cierto es que el efecto sobre la violencia fue el contrario al esperado en los últimos años.

"El peligro es que crezcan acciones que son notoriamente ilegales. Bolsonaro ya se declaró en favor de grupos de exterminio como solución a los problemas de inseguridad. Aunque luego haya intentado moderar su discurso, no hay garantía de que no siga pensando lo mismo ni de que no vaya a darle carta blanca a esos grupos y a las propias fuerzas de seguridad para que maten indiscriminadamente en las zonas pobres y periféricas del país", sostuvo Botelho.

Las minorías

"Algunas minorías —dijo Rebello—, como el movimiento LGBT, la izquierda, los intelectuales, los artistas y distintas comunidades étnicas, están asustadas porque, en el pasado, Bolsonaro se mostró contrario a las pautas de estos grupos. La esperanza es que el presidente electo tenga serenidad en algunas cuestiones".

El principal interrogante es qué puede pasar con el colectivo LGBT, porque fue uno de los más atacados por Bolsonaro a lo largo de su carrera política. Es verdad que en el tramo final de la campaña se mostró mucho más tolerante y hasta difundió un video junto al famoso maquillador Lili Ferraz, en un intento de acercarse al público gay. Pero la preocupación está latente.

"En Brasil muere una persona cada 19 horas víctima de homofobia, y es el país en el que más travestis y transexuales son asesinados —dijo Alves—. Hubo un aumento del 30% en 2018 en relación al año anterior, cuando sumaron 445 homicidios, el mayor número desde que hay registros. Además, Brasil tiene el liderazgo en crímenes de género".

Justicia y corrupción

Los últimos presidentes brasileños tuvieron serios inconvenientes judiciales por su participación en distintos escándalos de corrupción. Habrá que ver cómo reacciona Bolsonaro si algún integrante de su gobierno o de su círculo íntimo empieza a ser investigado.

Antes de la primera vuelta, su hijo Eduardo, se convirtió en el diputado más votado de la historia de Brasil, Bolsonaro dijo, "Si uno quiere cerrar el Supremo Tribunal Federal no manda un jeep, manda un soldado y un cabo", respondió cuando le preguntaron por la posibilidad de que el cuerpo tome alguna decisión contra su padre. La declaración fue repudiada por todo el arco político.

“No tenemos garantías de que las instituciones brasileñas sean suficientemente fuertes para frenar las acciones de Bolsonaro en caso de que intente llevar adelante mucho de lo que ha manifestado a lo largo de su carrera. Hay personas en posición de mando en las instituciones de control que están temerosas del apoyo militar que tiene, y podrían no cumplir sus funciones para preservarse. Desafortunadamente, no sería la primera vez que eso ocurre en Brasil", afirmó Botelho.

Según The Economist, la corrupción está firmemente asentada en América Latina; Brasil era de los más expuestos por el gran tamaño de su economía y el poder de sus contratistas. “Cuales quiera que sean sus fallas y riesgos, el impulso anticorrupción marca un avance. Los jueces están tomando estas drásticas decisiones porque los políticos les han fallado en regular la justicia y en la reforma política”. La introducción de la negociación de penas ha logrado neutralizar el enfoque formalista que permitía las innumerables instancias que llevaban a la prescripción de los procesos, alimentando la corrupción. “Los contribuyentes fueron estafados y los votantes burlados, lo que no será tan fácil en el futuro”.

La sociedad brasileña asiste impotente a un panorama de corrupción endémica y a una tormenta institucional con el procesamiento del actual presidente, Michel Temer, que podría ser destituido. La condena del expresidente Lula da Silva a nueve años y medio de cárcel ha supuesto otro gran mazazo para el país. Una mayoría de los responsables políticos de los últimos años han estado operando en una maquinaria engrasada por la corrupción: una madeja de representantes públicos, ejecutivos, grandes constructoras e intermediarios.

El futuro de la democracia

"De las cualidades y principios que se exige de un jefe de Estado, lo más importante es la diplomacia —dijo Alves—. Sin embargo, el presidente electo desea la muerte, la sumisión o el exilio de sus adversarios y de grupos minoritarios, y no muestra ningún aprecio por los procedimientos democráticos. Su discurso es ciertamente el mayor riesgo para la reciente democracia brasileña".

Una muestra clara de la temeridad comunicacional de Bolsonaro es la insistencia con la que dijo que iba a desconocer el resultado de las elecciones si no resultaba ganador. Antes de la primera vuelta insinuó que podía haber un fraude electrónico, y luego, tras haber sacado más de 49 millones de votos, afirmó que no pudo evitar el ballotage por los sufragios que le robaron.

"El país y sus instituciones tendrán que estar muy vigilantes de que un eventual gobierno de Bolsonaro no atente contra las reglas del juego y de la convivencia democrática. Por ejemplo, no hace falta que imponga la censura sobre la libertad de expresión para que ocurra de hecho, una vez que él estimule un clima de animosidad en contra de toda fuente de noticias que le sean desfavorables. Eso generaría persecución en contra de los emisores de información y haría que se autocensuren", afirmó Botelho.

Aún más alarmante es el rol que pueden tener las Fuerzas Armadas, que estarán más presentes que en cualquier otro gobierno desde el regreso de la democracia. No sólo él tiene pasado militar. También muchos de su círculo.

El que más se destaca es el general Hamilton Mourao, futuro vicepresidente. El año pasado, en una suerte de ultimátum a los jueces para que encarcelen a los dirigentes políticos investigados por corrupción, advirtió: "O las instituciones solucionan este problema político, a través de la acción de la Justicia, retirando de la vida pública a esos elementos involucrados en ilícitos, o nosotros vamos a tener que imponerlo".

"Bolsonaro articulará su gobierno con sectores militares. Su participación política es común en la historia de América Latina y, generalmente, no ha sido positiva para la democracia. No obstante, el contexto mundial no es el mismo que el de la Guerra Fría, y se esperaría que los militares estén ahora subordinados a las autoridades civiles, democráticamente electas", concluyó Rebello.

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