EL OCÉANO PACÍFICO TROPICAL CONTINÚA MOSTRANDO UN ENFRIAMIENTO DE SUS AGUAS, LO QUE HA DADO LUGAR A QUE LA NOAA1 (Administración Nacional del Océano y de la Atmósfera – NOAA, de los Estados Unidos) ESTIME UNA PROBABILIDAD ENTRE EL 65 Y EL 75% DE CONSOLIDACIÓN DE UNA NIÑA.
Aunque algunos centros internacionales señalan un incremento en la probabilidad de fenómeno La Niña, aún no se advierten señales claras de acoplamiento océano-atmosférico. Se destaca que sistemas meteorológicos presentes desde el final de octubre de 2017, han incidido para que se presenten precipitaciones en buena parte del país, propias de la segunda temporada de lluvias.
Adicional a ello, las aguas subsuperficiales (entre 0 y 150 metros), se han mantenido también “frías”, lo que apoya y hace prever que persista la condición de anomalías negativas.
Históricamente se ha asociado la posible ocurrencia de un evento Niña, a la persistencia de anomalías negativas de la temperatura superficial del mar. Sin embargo, dentro de la comunidad científica internacional, es claro que para el desarrollo de dicho evento, debe haber un acoplamiento entre el océano y la atmósfera.
Justamente a nivel de atmósfera, una de las variables más representativas es el comportamiento de los vientos en niveles cercanos a la superficie, los cuales ante la posible ocurrencia de un evento Niña, tienden a mostrar un fortalecimiento de los vientos del este.
Los análisis del comportamiento de los vientos, no han mostrado un patrón definido durante los últimos meses e inclusive de manera reciente presentan un comportamiento normal, sin que se observe por ahora una tendencia al fortalecimiento de vientos del este, como un patrón típico de un evento Niña.
En el contexto referido y más asociado a la persistencia del “enfriamiento”, hoy la NOAA ha emitido un “Aviso” de posible ocurrencia de un fenómeno La Niña, con una probabilidad entre el 65 y el 75%, la cual se proyecta de momento de intensidad débil. No obstante dicha proyección, es importante recalcar el acoplamiento océano-atmósfera, como un elemento definitivo para la consolidación efectiva del evento.
Con base en lo anterior, muy seguramente y de acuerdo con el “enfriamiento” que se proyecta, producto de la condición de las aguas en superficie y en subsuperficie, es altamente probable que el próximo ONI2 se encuentre ya dentro de los márgenes de fase Niña, señalando que para que logre establecerse como tal, debe permanecer por lo menos durante cinco (5) meses, con valores de anomalías de temperatura superficial del mar menores o iguales a -0.5°C.
Como dato de referencia, el valor más reciente del indicador (calculado a comienzos de noviembre/2017) fue de -0.4 °C. En ese orden de ideas y tomando la definición del ONI, solo hasta comienzos de abril de 2018, se podría establecer si la Niña se ha presentado “oficialmente”, al haberse constituido los cinco (5) meses consecutivos dentro del umbral del evento.
Por otra parte, el Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño (CIIFEN) y la Oficina Meteorológica de Australia (Boreau of Meteorology BOM) en sus últimos comunicados indican que hasta octubre las “Temperaturas del Pacífico Ecuatorial permanecen bajo lo normal” y consideran que la condición actual en la cuenca del Océano Pacífico Tropical permanece neutral; sin embargo, no descartan permanecer atentos ante la evolución de las condiciones océanoatmósfera de los próximos meses.
En el caso particular de Colombia, es importante mencionar que las precipitaciones que se presentaron en el país durante los últimos meses (septiembre y octubre) han sido en general ligeramente deficitarias; pues solo hasta el final de octubre de 2017 se han reactivado las precipitaciones que son normales para la época, ya que estacionalmente estamos atravesando por la segunda temporada de lluvias en gran parte del país.
A nivel regional la reciente reunión que reúne expertos en variabilidad climática a nivel de Suramérica, ha concluido que persiste aún la incertidumbre frente a la ocurrencia de la Niña, debido principalmente a la falta de acoplamiento de la atmósfera. Sin embargo, esto no quiere decir que se descarte su ocurrencia y es importante empezar desde ya, con algunas campañas en función de no se desinformar frente al tema.
Por lo anteriormente expuesto, se concluye que hay en este momento tendencias no consolidadas, que nos invitan a realizar un constante seguimiento sobre la posible consolidación del evento; de igual forma, debe considerarse fenómenos de tiempo-clima de menor escala en el tiempo, los cuales en un momento dado apoyan o inhiben un poco, el efecto climático de una Niña para nuestro país.
El IDEAM anunció que seguirá monitoreando los indicadores océano-atmosféricas en el Pacífico tropical, advirtiendo oportunamente lo que pueda esperarse en términos de la alteración de la lluvia para los próximos meses, tanto a las entidades del Sistema Nacional Ambiental, como a las del Sistema Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, así como a los diferentes sectores productivos del país, a fin de que se adelanten todas las actividades necesarias en términos de prevención.
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