Mar, 03/08/2022 - 07:58

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Para las mujeres la calle ha sido siempre un espacio político, allí aprendimos a ver la desobediencia y la autonomía como un baluarte frente a los abusos, la desigualdad y la violencia sobre nuestros cuerpos e identidades.

Por: Johanna Tejada

En la calle venimos a gritar todo lo que a las abuelas les hicieron callar, allí reafirmamos que no dejamos a ninguna en el olvido, porque permanecer neutral en una situación de injusticia sólo beneficia a los opresores.

Sin embargo, la calle también es habitada por una sociedad podrida de sexismo que justifica violaciones en masa, que se opone a la autonomía del cuerpo de las mujeres, que nos define el horario de salida y llegada a casa, que define lo que es femenino y lo que no, lo desecha.

Una de las perversidades del sistema es inculcar la creencia de que todo este escenario que hemos nombrado las mujeres no es real, que las violencias contra nosotras son una exageración, que la violación es un asunto insólito, que ya hemos conquistado todos los derechos, que el acoso es cosa del pasado y que los insultos sexistas son increíbles. Así, la lucha por los derechos de las mujeres en ningún episodio histórico ha sido fácil porque cuestiona un sistema que se sostiene sobre el sometimiento de nosotras.

Hoy es un día para recordar a todas las mujeres que han sido perseguidas, explotadas, asesinadas, maltratadas y borradas de la historia. Es un día para gritar bien alto que nunca las olvidamos y que honramos su memoria. Gracias a las mujeres sufragistas, gracias a las que dieron su vida porque hoy tengamos acceso a la educación y podamos estar presentes en las calles, pues ninguno de los derechos que gozamos hoy, fueron regalados.

Como ya lo dijo Lohana Berkins, “nosotras las negras, putas, campesinas, revolucionarias, indígenas, gordas, presas, periféricas, lesbianas, mujeres y trans, hemos sido exterminadas sin descanso, pero somos brujas sobrevivientes, somos la potencia del cambio y tenemos el coraje necesario para engendrar otra historia.”

Es una lucha que se ha llevado sueños, voces y vidas, pero está protegida por una juntanza de mujeres que no se rinden, que no se callan, que seguirán luchando por existir. Es una lucha que también le da espacio al festejo y al avance en la conquista de vindicaciones.

Quiero también rendirle homenaje a todas las mujeres que no nombra la historia y que han hecho historia.

A las migrantes que lo dejan todo atrás para construir sueños en un mundo que les construye muros.

A las madres artífices de generaciones enteras, a las comadres, a las amigas, a las hermanas que me dio el feminismo.

A todas gracias por sembrar en nosotras su valentía, resistencia y saberes, y por apostarle a esta lucha que nos hace cada día un poco más libres a nosotras y a las que vienen.

Instagram: @johannatl27

Trabajadora social. Especialista en género y migración

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