Mié, 06/28/2017 - 07:01

¿Cesó la horrible noche?

Una vez Juan Manuel Santos ganó su primera presidencia, me senté a entrevistarlo, y aquel día en la sede de la Fundación Buen Gobierno me quedó claro que el buscaría la paz. Lo conocí como ministro y como político y siempre pensé que podría ser un gran presidente. Hoy no estoy tan seguro de eso, gracias a la gran cantidad de errores que ha cometido como Jefe de Estado.

La forma en que ha permitido la corrupción, comenzando con los escándalos en sus campañas, es solo la punta del iceberg que espero algún día el país conozca por completo.

Sin embargo desde el comienzo, y sin dudar, he sido un defensor del proceso de paz que ha liderado con las FARC, al igual que lo fui con el que adelantó el ex presidente Uribe con las AUC (con mayores errores), y con muchos más que hemos tenido. Han sido tantos y tan repetitivos nuestros ciclos de violencia que tenemos muchos, frustrados y consolidados, procesos de paz. Que gran experiencia tenemos en la búsqueda de la paz.

Finalmente las FARC entregaron sus armas. ¿Todas? No sé. Quisiera creer que si. Que faltan las caletas es un hecho pero hay unos tiempos y unos compromisos establecidos y espero que se cumplan. Soy de los que cree que, hasta el momento, esta guerrilla ha cumplido. Al ciento por ciento, quizás no. Pero hay que seguir esperando a que se lleguen las audiencias cuando se dé inicio a la Justicia Especial para la Paz. Allí comenzaremos a conocer la verdad. Pero lo más importante, las víctimas conocerán esa verdad por la que tanto han clamado. ¿Eso es justicia? Para muchos seguramente no. No hay cárcel, no hay condenas, no hay castigos. Pero hay esperanza y para mi eso es más importante. Habrá verdad, espero, y esos serán cimientos para una nueva Colombia.

Fueron más de 7 mil armas entre pistolas, fusiles, lanzagranadas, etc. Algunos estudios calculaban que serían 20 mil, 30 mil hasta 40 mil. ¿Nos hicieron conejo? Tampoco lo sé. Pero hoy, hay siete mil colombianos menos matando a otros colombianos, y sus armas salieron de nuestro violento conflicto. Algunos piensan que llegó la paz y celebran con euforia. Yo solo pienso que es un gran comienzo. Quizás el paso más importante que requería nuestro país ya fue dado.

¿Qué viene ahora? Es muy incierto. Estamos tan acostumbrados a la violencia que pareciera que sentimos añoranza de una guerra que nos ha respirado en la nuca sin piedad y por décadas. La añoramos en redes sociales, somos intolerantes los unos con los otros y culpamos al contradictor creyendo que nuestra razón es la única válida. Las FARC se desarmaron por fin y por el contrario nosotros armamos nuestros corazones con un odio que amenaza con no tener fin.

Pero Colombia, lo dice nuestra historia, está marcada para ser muy grande. De lo contrario por qué razón hemos logrado resistir a todo y por tanto tiempo. A lo largo del último año me he preguntado mucha veces por qué no he estado en mi país en momentos tan importantes. Lloré cuando se firmo el documento en La Habana, en Cartagena, en Bogotá. Lloré cuando el Si perdió en el plebiscito. Lloré hoy viendo y leyendo noticias. Tantos años contando tantas historias de guerra y no he podido estar para contar historias de paz.

Dios sabe que espero no estar equivicado. No por la soberbia del que quiere tener la razón, sino porque nuestro futuro depende de estas fechas que sin duda son históricas. Por lo pronto, sé que miro con tranquilidad a los ojos a mis hijos cuando les cuento que soy de una generación de colombianos que le apuesta a la paz. Y el saber que ellos sueñan con lo mismo me da tranquilidad.

Hoy, le doy gracias al presidente Juan Manuel Santos por su tozudes. Su firmeza al momento de sacar adelante su proyecto de paz solo podrá ser juzgado por la historia y con el beneplácito del tiempo. Por ahora los colombianos no estamos lo suficientemente preparados para mirar desapasionadamente. Ni quienes los apoyamos ni quienes lo rechazan. Pero lo cierto es que a partir de hoy algo puede haber cambiado en el interior profundo del alma de nuestro país. ¿Seremos capaces de estar a la altura de las circunstancias? Dios quiera que si.

#SeValeSoñar

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.