En resumen, el Frente Nacional consistía en que los partidos tradicionales por 16 años consecutivos renunciaban a disputarse el poder en las urnas y se alternaban la Presidencia al tiempo que los cargos públicos se distribuirán por partes iguales para los dos partidos.
Visto desde la experiencia de los años, el sistema en la práctica disparó la burocracia e hizo que buena parte del presupuesto nacional se gastara -inútilmente- en el pago de sueldos innecesarios, costumbre que aún perdura.
Pero lo que es peor aún, se borraron las fronteras ideológicas entre los dos partidos al punto que hoy es casi imposible distinguir un liberal de un conservador y, al distribuir la responsabilidad del gobierno entre los dos partidos, se eliminó el necesario control que se supone debe ejercer el partido no gobernante.
Al mismo tiempo, se asfixió políticamente al país impidiendo el surgimiento de otros partidos y la elección de candidatos que no pertenecieran a alguno de los sectores gobernantes.
Los defensores del Frente Nacional aducen que el acuerdo era necesario para acabar con la violencia. Otra falacia, la violencia en Colombia nunca proviene del pueblo, es irradiada desde los poderes públicos y las clases dominantes.
Como en la actualidad: Un sector poderoso por el tráfico de drogas, emplea gentes armadas para defender sus cultivos y canales de distribución. Y otro sector de terratenientes, manda matar líderes locales para que las comunidades que lideran abandonen sus predios o para impedir que los reclamen.
Finalmente: La Presidencia de la República dio un salto generacional: Las personas que nacieron entre 1923y 1947 Por un lado están los expresidentes Virgilio Barco, nacido en 1921 Belisario Betancur, nacido en 1923 y Misael Pastrana, nacido en 1923 y luego vienen César Gaviria, nacido en 1947 y Ernesto Samper, nacido en 1950.
¿Durante 24 años no nació un colombiano capaz de ocupar la presidencia o el sistema lo impidió?
(Alfredo Iriarte, Historias en Contravía Multiletras Editores, Diciembre 1995)
PORT-AU-PRINCE, ¡MUERTE A LOS ROJOS! 1969
Artículo 1°- Se declaran crímenes contra la seguridad del Estado las actividades comunistas bajo la forma que sea: toda profesión de fe comunista, verbal o escrita, pública o privada, toda propagación de doctrinas comunistas o anarquistas a través de conferencias, discursos, conversaciones, lecturas, reuniones públicas o privadas, por la vía de folletos, carteles, periódicos, revistas, diarios, libros e imágenes; toda correspondencia oral o escrita con asociaciones locales o extranjeras o con personas dedicadas a la difusión de ideas comunistas o anarquistas; y también el hecho de recibir, recoger o proporcionar fondos destinados directa o indirectamente a la propagación de dichas ideas.
Artículo 2° - Serán condenados a muerte los autores y los cómplices de estos crímenes. Sus bienes muebles e inmuebles serán confiscados y vendidos en beneficio del Estado.
Dr. François Duvalier
Presidente Vitalicio de la Republica de Haití
(Es fiel copia del original)
CHILE, UN PUEBLO INDISCIPLINADO, 1970
En un acto de imperdonable mala conducta, el pueblo chileno elige presidente a Salvador Allende. Otro presidente, el de la International Telephone Telegraph Corporation, ITT, ofrece un millón de dólares a quien acabe con tanta desgracia, y el presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, dedica al asunto diez millones y encarga a la CIA de que impida que Allende se siente en el sillón presidencial, o que lo tumbe si se sienta.
El general René Scneider, cabeza del ejército, se niega al golpe de Estado y cae fulminado en una emboscada, seguramente para que no hablara.
-Esas balas eran para mí-, dice Allende.
Quedan suspendidos los préstamos del Banco Mundial y de todo el sistema financiero internacional, salvo los préstamos para gastos militares. Se desploma el precio internacional del cobre. Vetan el suministro de alimentos y medicamentos al país.
Desde Washington el canciller Kissinger explica:
-No veo porqué tendríamos que quedarnos de brazos cruzados contemplando como un país se hace comunista debido a la irresponsabilidad de su pueblo
Años antes, otro pueblo indisciplinado eligió a Fidel Castro y fue objeto de las mismas represalias, esta vez con la baja en los precios del azúcar y la suspensión del turismo. Años después ocurrió algo parecido con el pueblo venezolano que eligió a Hugo Rafael Chávez Frías, al que no le suspendieron los ingresos petroleros y, como era un pueblo rico, le embargaron las reservas que tenían en otros bancos. Las dos naciones se vieron obligadas a buscar apoyo en Rusia y China para que no murieran de hambre y enfermedades sus habitantes.
Ninguno de estos mandatarios militó en el partido comunista aunque contó con su apoyo, como muchos expresidentes colombianos del liberalismo y también Rojas Pinilla
(Documentos secretos de la ITT, Santiago de Chile, Quimantú, 1972- Joan Garcés, El Estado y los problemas tácticos del gobierno de Allende, México, Siglo XXI, 1974)
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