Dom, 10/09/2022 - 10:29

Colombia, la presidencia de Turbay Ayala, 1978-1982

Julio César Turbay asumió la presidencia como uno de los pocos presidentes que llegaba a ella sin ningún título universitario, circunstancia que dio origen a numerosos chistes sobre su nivel cultural.

Pero ya como presidente, las universidades Libre, Jorge Tadeo Lozano y la Universidad del Rosario, le otorgaron sendos títulos de doctor honoris causa en derecho y ciencias sociales. O sea que obtuvo tres veces mas títulos en derecho que el mejor de los abogados.

Se fundó la Universidad Nueva Granada, primera universidad castrense del país cuya objetivo inicial era para dotar de profesiones universitarias a los miltares pero que, por falta de clientela, se abrió al público en general.

Durante su gobierno el movimiento M-19, brazo armado de la Anapo, que había desocupado el Cantón norte en las narices de los militares, se tomó la Embajada de la República Dominicana y logró superar el grave problema internacional que implicaba la vida 15diplomáticos retenidos por 67 días, sin que hubiera un solo muerto.

Sin embargo, firmó un polémico Estatuto de Seguridad a cuyo amparo se violaron los derechos humanos, se torturaron colombianos y se cometieron innumerables injusticias. Pese a este estatuto, el narcotráfico creció, fue la época de la bonanza marimbera y el comienzo del comercio de la coca. Pablo Escobar llegó a ser representante a la cámara, los narcotraficantes asesinaron al director de Aeronáutica Civil, quien se negaba a darles licencia para poner sus propios aeropuertos e impusieron a Alvaro Uribe Vélez, ex gobernador de Antioquia a quien habían destituido de ese cargo por sospechar que tenía vínculos con el narcotráfico.

Durante su gobierno se creó la Televisión en Colores en Colombia, proceso en el cual participamos en la siguiente forma: se trajeron especialistas de las mejores estaciones de televisión del mundo, especialmente de la BBC de Londres, la RAI italiana y la Televisión Francesa y nos encerraron a grupo de entre 30 y 40 funcionario de Inravisión y al cabo de dos semanas “nos graduaron” como “directores de Programas de Televisión en colores”. Pero entre los funcionarios contratados omitieron o no vino el especialista en iluminación y el resultado fue que en los primeros programas las personas salían con los labios azules, los ojos rojos, la tez amarilla y cada medio metro el fondo cambiaba de color.

Otro hecho sonado en la vida de Turbay Ayala fue el divorcio de su esposa, Nydia Quintero, quien era hija de una hermana suya, es decir, su sobrina, divorcio que fue autorizado directamente por el Papa Juan Pablo II quien declaró disuelto el matrimonio. Más tarde doña Nydia se casaría con el político vallecaucano Gustavo Balcázar Monzón, su actual pareja y Turbay con Amparo Canal.

SANTOS EN COLOMBIA, 1980
 
Toda Santa Marta lloró a Lucho Barranquilla: los niños que jugaban con el en los parques, las viudas y los huérfanos que protegía y los policías que comían de su mano y toda la ciudad que vivía de sus préstamos y donaciones.
 
Y también lo lloró San Agatón.
 
San Agatón es el santo patrono de los borrachos y toda la c osta colombiana los domingos de carnaval acuden al pueblo para llevarlo en procesión cantándole porros y vallenatos y dándole aguardiente, como le gusta al santo. Pero los borrachos pasean a un impostor de barba blanca venido de España, El verdadero San Agatón que tenía cara de indio y sombrero volteao, fue secuestrado por un cura antialcohólico hace medio siglo que huyó con él escondiéndolo bajo la sotana.
 
Dios castigó a ese cura con la lepra y al sacristán que lo acompañaba le volteó los ojos.
 
El verdadero San Agatón está escondido en un pueblo de Sucre y por estos días viajó a una comitiva a pedirle que regrese. 

-Desde que te fuiste, le dicen, se fue la alegría.

Pero el Santo se niega:

-Ustedes mataron a Lucho Barranquilla- respondió                                                             

En Monserrate, en el centro del país, veneran un cristo que cayó de la cruz y yace sobre un bosque de muletas, bastones y otras prótesis de fieles agradecidos porque les permitió volver a caminar.

Y al sur del país, pegado a la frontera con el Ecuador, hay un pueblo llamado Juan San de Carlosama que es el santo de los contrabandistas y esta rodeado de toda clase de electrodomésticos y hasta automóviles y camiones en miniatura que le han dejado fieles agradecidos porque les ayudo a que les fuera bien en "el negocio"
 
La historia cuenta que durante la Independencia el pueblo se negó, se reunieron en la plaza principal y juraron ser fieles a Carlos Rey de España. Para sellar su juramento se cortaron las venas y con su sangre testificaron en un pergamino que enviaron al soberano.

Cuando su majestad recibió ese testimonio de fidelidad ordenó que enviaron al pueblo, "de cuyo nombre no quiso acordarse" un óleo de San Juan con una carta que decía:

-Pueblo de yo qué sé: Carlos Os Ama.

Y el pueblo volvió a reunirse en cabildo abierto, se cambió el nombre al de san Juan de Carlosama y nombraron al santo patrono del pueblo cuya actividad económica sigue siendo traer contrabando desde la hermana república.

VIETNAM EN CENTROAMÉRICA, 1980

Elías Barahona, secretario de prensa del Ministerio del Interior de Guatemala, denuncia que en su país se está aplicando un programa de pacificación y erradicación del comunismo, de 420 páginas, elaborado por especialistas de Los Estados Unidos sobre la base de la experiencia de la guerra en Vietnam.

Es la misma cartilla que se enseña en la Escuela de Panamá a los militares del continente que quieren pasar de mayores y los envían allí a cursos de" capacitación"

Elías Barahona, revela que el general Romeo Lucas García, presidente de Guatemala fue quien dio la orden de incendiar la Embajada de España, con sus ocupantes adentro. En el primer semestre de 1980 han sido asesinados en Guatemala 27 profesores universitarios, 13 periodistas y 70 dirigentes campesinos, en su mayoría indígenas.

Según Barahona, el general Lucas García es personalmente responsable de la muerte de 39 personas que murieron achicharradas por las bombas que arrojó la policía a la Embajada de España y entre las víctimas están 27 dirigentes indígenas que habían ocupado pacíficamente la embajada para denunciar las matanzas en la región del Quiché. También reveló Barahona que este mismo general-presidente comanda las bandas paramilitares y parapoliciales llamadas Escuadrones de la Muerte, y participa en la elaboración de listas de opositores condenados a desaparecer.

Y TAMBIÉN PASA: Para ser militante del Partido Comunista, en Colombia, es necesario tener buena memoria: Porque este partido cambia de nombre en cada nuevo debate electoral.

EL EXILIO, 1981

A Suecia han ido a parar las cinco mujeres que derrocaron la dictadura en Bolivia.

¿Cuál es la distancia que separa un campamento minero boliviano de una ciudad sueca? ¿Cuántas, leguas, cuántos kilómetros, cuántos mundos?

De donde todo falta a donde sobra todo, de la última miseria a la primera opulencia: ojos de estupor en estas caras de barro: en Suecia se tiran a la basura televisores casi nuevos, ropas apenas usadas y muebles y neveras y lavaplatos que funcionan perfectamente. Van a la muerte automóviles de penúltimo modelo.

Domitila agradece la solidaridad de los suecos y les admira la libertad. Pero el derroche la ofende. La soledad, en cambio, le da pena: la pobre gente rica a solas ante el televisor, comiendo a solas, hablando a solas:

-Nosotros-dice Domitila-, nosotros allá en Bolivia, aunque sea para pelearnos, nos juntamos

 Entre tanto, en América, Tachito Somoza, destronado, desterrado, vuela por los aires hasta una esquina de Asunción.

Tachito encontró refugio en la capital del Paraguay, la única ciudad del mundo donde hay un busto de bronce de su padre y donde una calle todavía se llama Generalísima Franco.

En lo poco que ha quedado del Paraguay Alfredo Stroessner cada 5 años suspende por un día el estado de sitio, para que la gente acuda a elegirlo.

Alfredo Stroessner se cree invencible, invulnerable. El Estado es  el: cada día, a las seis en punto de la tarde llama al presidente del Banco Central y le pregunta:

-        ¿Cuánto hicimos hoy?

(Eduardo Galeano, El Siglo del viento, págs. 312 y 315)

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