Este 3 de diciembre, como todos los años desde 1992, el mundo celebró el día internacional de las personas con discapacidad. De acuerdo con los registros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), más de mil millones de personas, aproximadamente 15 % de la población mundial, vive con algún tipo de discapacidad y 80 % habita países en desarrollo.
Colombia cuenta con más de 3,1 millones de personas con dificultades para realizar actividades básicas diarias de acuerdo con el documento del Departamento Nacional de Estadística (DANE) “Personas con discapacidad, retos diferenciales en el marco del Covid-19”, que usa la información del Censo Nacional de Población y vivienda-CNPV 2018.
De estas, más de 1,7 millones reportaron tener dificultades en los niveles 1 y 2 de la escala del Grupo de Washington (WG por sus siglas en inglés).
El nivel 1 de esta escala indica que no se pueden desarrollar actividades de forma autónoma: “La persona presenta una discapacidad total, sus condiciones le impiden llevar a cabo la actividad, por lo general requiere de ayudas y el apoyo de terceros, presenta un alto grado de dependencia”.
El nivel 2, por su parte, indica que se pueden desarrollar actividades con mucha dificultad: “La persona presenta una grave disminución en su capacidad para realizar la actividad, por lo general requiere de ayudas y el apoyo de terceras personas, muestra un alto grado de dependencia. Ej.: La persona no puede ver, oír, o hablar bien o con claridad aun usando ayudas técnicas”.
El Registro de Localización y Caracterización de Personas con Discapacidad (RLCPD) a cargo del Ministerio de Salud, en 2017 había identificado más de 1,3 millones de personas en condición de discapacidad.
De estas, 70 % pertenecían a los estratos socioeconómicos 1 y 2, de menores ingresos. Específicamente, 860.000 (64 %) no tenían ningún ingreso y 295.000 (22 %) tenían ingresos menores a 500.00 pesos mensuales.
Para tener una idea más clara, 50 % de las personas registradas en el RLCPD tienen dificultad para caminar, correr y saltar, en tanto que 38 % tiene dificultad para pensar y memorizar.
Los lugares donde las personas con discapacidad encuentran más barreras para su movilidad y actividades diarias son la calle (46 %), los vehículos públicos (34 %), los andenes (29 %), los parques (25 %), los paraderos de buses (23 %), los centros comerciales (20 %), los centros de salud (18 %), el lugar de trabajo (18 %) y los centros educativos (15 %). Los porcentajes corresponden a las frecuencias, por lo que la suma no es igual a 100.
Tal vez uno de los datos más difíciles de asimilar por el impacto de la economía en la calidad de vida es la razón por la cual las personas en condición de discapacidad no asisten a procesos de rehabilitación: falta de dinero (46 %) y no hay quien las lleve (2 %).
El acceso a sistemas de transporte para las personas en condición de discapacidad tiene relación con la infraestructura disponible, con las condiciones de los vehículos y con la capacidad de pagar por los servicios. También con la posibilidad de obtener ayuda de terceros para los desplazamientos.
La construcción de ciudades incluyentes exige acciones integrales de política pública que les permitan a todas las personas en condición de discapacidad el disfrute de la movilidad y del transporte en el marco de una acción solidaria y de garantía de los derechos humanos.
Ahí deben estar involucrados los sectores que tienen que ver con temas de movilidad, bienestar social, desarrollo económico y acción comunitaria de los municipios y las ciudades para dignificar la condición en la que viven millones de personas en la Latinoamérica rural y urbana.
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