Mar, 04/04/2017 - 07:55

El rostro de un héroe

La intensa tempestad tenía a Mocoa en tinieblas. A esa hora los poderosos faros de la camioneta de la policía en la que dos agentes prestaban ayuda a quienes clamaban por auxilio, rompían la oscuridad de la noche. El servicio de luz había sido interrumpido por la tormenta en muchas partes de esta pequeña ciudad enclavada en las selvas del sur de Colombia, capital de Putumayo, una region asediada por décadas por la guerra y la coca.

Los policías Deciderio Ospina Otavo y Gerardo Segundo Cuao Gutiérrez habían prestado socorro a una familia del barrio El Carmen que peligraba por la ferocidad con la que el desbordamiento de los ríos cerraba los vías de escape. Sin darse cuenta la amenaza cayó sobre los dos uniformados sin piedad. Aguas torrenciales comenzaron a arrastrar la camioneta y a jugar con ella como si fuera un barco de papel. Deciderio tomó con firmeza el volante y aceleró a fondo para evadir el peligro, mientras Gerardo se aferraba en el puesto del copiloto. Pero ya para ese instante el destino, muchas veces cruel como ninguno, había tomado una decisión.

La fuerza del motor de la camioneta, que rugía con fuerza, no pudo sacarlos del agua que los arrastraba sin control. Con el instinto de supervivencia a flor de piel, Deciderio se lanzó del carro mientras su compañero optó por permanecer en el interior de las latas que crujían por el aterrador golpeteo de piedras y palos de gran tamaño.

Más tarde, cerca de ese punto, los organismos de rescate encontraron con vida al patrullero Gerardo Cuao y los esfuerzos fueron centrados en la búsqueda de su compañero de odisea. De nada valieron. Cerca de Villa Garzón, un pequeño poblado a casi 20 kilómetros de Mocoa, fue encontrado sin vida Deciderio Ospina Otavo, un joven con rostro de niño que llegó a la Policía de Colombia con sueños de ayudar a su país y que perdió su vida haciéndolo realidad. Su cuerpo, inerte, estaba con el de muchos más que no pudieron escapar de esta tragedia que enluta a Colombia.

Hoy, según reporta la revista Semana, más de 600 integrantes del Ejército, 150 hombres del Batallón de Ingenieros Militares expertos en atención de emergencias y 370 policías, atienden el desastre dejado por la naturaleza. Cuatro helicópteros del Ejército, tres de la Policía Nacional y cinco aviones de la Fuerza Aérea se encuentran en el área prestando el apoyo requerido. Esto, sin contar a los organismos de socorro, a los voluntarios, a las unidades caninas y a los cientos de miles de colombianos que han hecho sentir su ayuda.

Deciderio era el segundo de 4 hermanos. Había nacido en El Guamo, Tolima, y se había graduado en 2013 de la Escuela de Policía Gabriel González de El Espinal, muy cerca de donde era oriundo. Esta, es la historia de un joven que murió cumpliéndole a su país y a su pueblo. Y esta, mi manera de rendirle un pequeño homenaje.

Esta es la verdadera Colombia. Dios bendiga a mi país y a su generoso pueblo.

En Twitter: @JCAguiarNews

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.