Dom, 10/23/2022 - 09:49

El tiempo no dura, lo hacemos durar con inteligencia natural

No sé si ustedes lo sepan, o si alguien en realidad lo llegue a saber, pero mi tiempo aquí, como en el mundo, en su cabeza, en la mía, en mis libros, en la historia y, para resumir, en el universo no es infinito, y, por eso, quiero ir directo al grano con lo que vine a decir hoy.

A través de mi correo electrónico más antiguo, uno de Yahoo, del siglo pasado, por cierto, unos editores se comunicaron conmigo para decirme que estaban interesados en publicar el libro que les envié, por correo postal, hace veinticinco años. Lo primero que pensé fue en agradecerles por tomarse el tiempo de responder, no puedo mentir, porque no cualquiera responde luego de dos décadas un envío de un manuscrito, sin importar si este vale o no la pena. El caso es que no les respondí, por muchas razones, pero la principal es porque ese libro ya está publicado. Y, sí, ya sé que lo primero que dije fue que el tiempo en este lugar, en el mundo, en el universo, en fin, es finito, y que me estoy extendiendo en algo que no vine a hablar, pero necesitaba contar eso primero.

Dada la urgencia de las personas, o la paciencia, en este caso, y tras una búsqueda intensiva, he decidido contratar los servicios de una Inteligencia Artificial que modifique mi tiempo al acomodo de los demás. Esto, antes de parecer una especie de cárcel o de esclavitud por parte de los otros, es, al contrario, un método para liberarme del tiempo que paso pensando en el tiempo, que es, como lo he dicho en una infinidad de ocasiones, casi todo el tiempo de mi vida desde que recuerdo que estoy vivo. El trámite dura, apenas, un par de clics, vale unos pocos dólares y es, según dice la letra pequeña, vitalicio. Así que, resumiendo, concretando y, si se puede, si se quiere, finalizando, la próxima vez que nos veamos será para hacer lo que ustedes quieran, que ustedes escuchen lo que desean y, sobre todo, que pase el tiempo que ustedes quieran que pase.

Sí, señora del sonido, sé que usted, como los demás asistentes recurrentes a estas cortísimas manifestaciones mías ante ustedes, saben que al final de todas y cada una respondo alguna o varias de sus preguntas, y que las están pensando en ese instante. Es por eso que, ahora mismo, voy a hacerlo.

No, señor de la esquina. No voy a vender mi alma, así como vendí mi voluntad para manejar mi tiempo yo mismo.

Sí, niño del fondo, el tiempo es un recurso no natural renovable, pero de esto se aprende cuando se aprende de economía, filosofía y poesía.

Sí, señora, detrás de la tarima, ya casi termino, ya casi respondo su pregunta, porque no puedo hacerlo aquí, en público, sabrá disculparme.

Y no, grupo de maestros del centro del escenario, esto no es ningún tipo de convertimiento o conversión o reversión de lo que las personas creen sobre el tiempo, esto es, apenas, una noticia de tecnología, que, cada quien con sus armas y herramientas, va a poder manejar cuando le llegue su tiempo, si es que no se le termina primero que a las Inteligencias Artificiales.

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