La negligencia y descuido de los adultos son incomprensibles cuando se trata de proteger a los niños. Estamos hablando en general ya que también hay adultos protectores y conocedores de sus deberes para con los niños, las niñas y los adolescentes.
El tránsito, que debería ser un entorno normal y seguro para niños, niñas y adolescentes, se vuelve un entorno de riesgo y siniestralidad cuando hablamos de la movilidad de las personas menores de 18 años. La legislación colombiana en concordancia con la legislación mundial expresada en la Convención Internacional de los Derechos del Niño, estipula que en Colombia se es niño o adolescente hasta que se cumplen los 18 años de edad.
Solo en el año 2015 los niños, niñas y adolescentes representaron 7% de las fatalidades por siniestralidad vial en Colombia. En 2015 murieron 507 niños víctimas de accidentes de tránsito. Esto quiere decir cada día de 2015 año falleció un niño víctima de siniestralidad vial y durante 142 días fallecieron dos.
¿Qué sociedad puede ser sostenible cuando mata a sus niños, niñas y adolescentes en calles y carreteras por el simple hecho de ir transitando? Para 2017 la Dirección de Tránsito y Transporte de la Policía Nacional reporta 127 niños, niñas y adolescentes fallecidos por siniestralidad vial en lo corrido del año que, aunque representa una disminución de 24% con respecto al mismo periodo del año anterior, es una cifra alta. Seguimos, al igual que en 2015, con un niño muerto cada día en calles y avenidas producto del tránsito.
La tarea que hay que hacer, sin embargo, no es toda de la Policía y ni siquiera de los niños y las niñas. Es del conjunto de la sociedad, iniciando por los padres de familia, el colegio y los conductores de vehículos a motor.
La Policía da como probables causas de los siniestros viales con niños fallecidos las siguientes cinco primeras:
Si las analizamos de forma gruesa, de la segunda a la cuarta causas son responsabilidad directa de conductores de vehículos motorizados. La primera causa y la última de las cinco, dependiendo del contexto, pueden ser responsabilidad del conductor o posiblemente del niño que cruzó sin observar el riesgo de atropello, que aunado al tránsito a velocidades vehiculares altas genera mayor riesgo de muerte en las víctimas.
¿Qué hacer para disminuir las muertes de niños, niñas y adolescentes en las vías? Esta es una sencilla guía de mi autoría:
Por otro lado, están las importantes recomendaciones de la Dirección de Tránsito y Transporte de la Policía Nacional de Colombia, que complementan lo anterior:
Ahora solo queda practicar y pasar la voz. Los niños, las niñas y los adolescentes son muy importantes para la familia, la comunidad y la sociedad.
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