Dom, 04/05/2020 - 12:51

Encerrados

Llevamos tres semanas largas encerrados/confinados en Madrid. Afuera, en los hospitales ya sean o no de campaña los sanitarios se dejan la piel, los empleados de supermercados se exponen, los agricultores y demás productores de elementos básicos para las necesidades básicas de los ciudadanos continúan trabajando.

La gente tele trabaja, otros son despedidos temporalmente o no, se dejan de pagar alquileres, hipotecas, no se consume lo que se consumía antes, los restaurantes solo pueden trabajar si hacen entregas a domicilio. 

Apenas quedan médicos trabajando para atender  las cosas del día a día. Los paritorios se cierran para convertirse en ucis, no se respetan los partos por miedo a contagios madre/bebé.

Dentro simplemente nos entretenemos con todo el ocio que tenemos disponible gracias a internet, nos podemos comunicar por teléfono o video llamada. Sí, quizás echemos de menos el contacto humano, el sol de una terraza, visitar lugares que aún no conocemos, muchas añoraran los besos de sus parejas, otros desearan no estar con su pareja. El mundo va a cambiar después de esto, porque esto nos hace cambiar.

Tener tiempo para pensar, para plantearte las cosas, convivir de verdad con los tuyos y así ver qué va bien y qué va mal de veras, veras. Cocinar o  quizás aprender, escuchar más al cuerpo o quién sabe si eres un padre/madre desesperada por tener que estar con sus hijos a todas horas.

Los confinados, simplemente tenemos que estar en nuestra casa tele trabajando y viviendo sin salir. Si lo pensamos bien, no hay sacrificio. Es una etapa más, no le demos más importancia. No somos héroes por estar en casa tranquilamente.

Las heroicidades están fuera, las viven esos enfermos en las ucis que no saben si van a recuperarse, el personal sanitario que ni tiene ni idea de si el factor densidad vírica le hará enfermar demasiado, los periodistas que se deciden a informar de verdad más allá de lo que indican los gobiernos centrales o locales. Los héroes son los que hacen que todo esto se mantenga.

No te preocupes, ya te va a tocar ser un héroe cuando todo esto acabe. Habrá que afrontar una economía debilitada, gente sin trabajo, sin sueldos, alquileres que no se van a pagar, toda una generación perdida en ataúdes que no pudieron ser despedidos por sus allegados. El dolor de todos los muertos, de las residencias de ancianos arrasadas. EL odio hacía el gobierno por su constante incompetencia, las empresas grandes tratando de sacar provecho económico. Las consecuencias que todos sabemos que llegan de la mano de una crisis económica.

Pero lo peor será la incertidumbre. Dudas sobre si se ha hecho con prisas las vacunas y los retrovirales, dudas sobre si están lo suficientemente comprobados y pueden no tener consecuencias. Dudas sobre si esto será solamente una vez o el virus mutará y se convertirá en otra gripe pero más fuerte y sea pan de cada año. Las dudas sobre si estamos preparados para que vuelva a pasar. Es probable que pueda volver a ocurrir. Hace tiempo que los investigadores avisan de uno de los peligros del deshielo en ambos polos es el “despertar” de virus y bacterias que otros tiempos que quedaron en latencia por el frío.

Y la gran duda, es si cuando vuelva a ocurrir la necedad de nuestros políticos no llegara a que paguemos tan alto precio.

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