Hace un tiempo, aquí mismo en la Revista escribí cinco artículos diferentes, pero enmarcados todos bajo el mismo título: ¿QUIÉN O QUIÉNES GANAN CON TANTO HACINAMIENTO CARCELARIO EN COLOMBIA?.
En ellos empecé a hablar de lo sucedido en el tema carcelario a partir del año 2011, cuando en el mes de Diciembre de ése año, el Gobierno, a través del Ministerio de Justicia creó la USPEC (UNIDAD DE SERVICIOS PENITENCIARIOS Y CARCELARIOS). La intención original, se puede considerar que era sana, pues era desligar al INPEC del manejo de los recursos de las cárceles para que se encargara solamente del cuidado de los internos y sobre todo, de lo principal dentro del tema carcelario, la Redención y Resocialización de los condenados, principio cierto de toda condena.
El Gobierno empezó a girar los recursos que dentro del Presupuesto asignado a las cárceles se debía girar, para la adecuación de los penales, para la alimentación de los internos, en fin, para todo lo que aparentemente asegura un “ buen vivir “ y un “ mejor estar “ para los internos dentro de nuestras cárceles.
Pero, con el paso del tiempo se empezaron a conocer las primeras muestras de corrupción, pues los dineros mencionados empezaron a tomar otros rumbos diferentes. La Contraloría General de la República empezó a hacer sus investigaciones y se encontraron casos como Contratos que se hacían con personas o Empresas para la adecuación de los penales donde las Obras no se terminaban, sin embargo, los Contratos se pagaban en su totalidad, ahí, se puede hacer una pregunta válida, ¿PORQUÉ EL INPEC RECIBIÓ ÉSTAS OBRAS, SI ESTABAN INCONCLUSAS, QUÉ RESPONSABILIDAD TIENEN LOS ALTOS FUNCIONARIOS DEL INPEC EN ÉSTE TEMA?. Pregunta, que actualmente no tiene respuesta.
Lo mismo ha sucedido con el tema de los alimentos para los internos, tema sumamente neurálgico, como quiera que es la parte más sensible en las cárceles. Siempre se ha dicho que en las cárceles se comen “porquerías“ y es que verdaderamente no se tiene un control de calidad sanitario y nutricional sobre las comidas que se dan, además, cada día las porciones son más pequeñas, cosa que no se puede aceptar, como quiera que las partidas para tal efecto NO SE HAN DISMINUÍDO. Sin embargo, en los contratos de alimentos se han encontrado cualquier cantidad de irregularidades.
Todas éstas situaciones negativas arrojó un total de alrededor de 300.000 millones de pesos embolatados, dineros que no tienen el respaldo cierto por las obras o los contratos dados y recibidos y que no se sabe a dónde fueron a parar.
El mismo INPEC a través de sus diferentes Sindicatos, en especial la UTP ( UNIÓN DE TRABAJADORES PENITENCIARIOS ) a cargo del Dragoneante HORACIO BUSTAMANTE ha puesto varias veces el dedo en la llaga y ha hecho las denuncias correspondientes ante las entidades de control, acusando a la USPEC de malos manejos. Obviamente, son ellos, los miembros del INPEC, los guardianes y los directores los que a diario ven que no se han hecho las obras propuestas y contratadas y que los alimentos no cumplen con las especificaciones técnicas y sanitarias mínimas para que por lo menos los internos tengan algo digno que comer cada día, recordemos que se tratan de seres humanos, no de animales y ya ni de animales, porque mucho perro vive y come mejor actualmente que algunos internos de nuestras cárceles.
Ahora bien, todo ése cúmulo de denuncias y de investigaciones sin resolver y las debidas demandas ante la Procuraduría y la Fiscalía, hicieron que el pasado martes 10 de Octubre de 2017, el Ministro de Justicia declarara INSUBSISTENTE a la Directora actual de la USPEC, MARIA CRISTINA PALAU.
Ella tiene muchas demandas y quejas en su contra y para darle transparencia a los procesos se decidió que se le declarara Insubsistente.
Para redondear todas las malas actuaciones de la USPEC y de la señora Palau, se conoció una última demanda, el mismo día de su salida. Un Contratista del Estado denunció a través de la W RADIO que la Dra. Palau recibió de sus manos $ 600 millones como primer pago de un total de $3.000 millones que debería recibir por un contrato que se le debería conceder a éste señor. Parece que la Dra. Palau le quedó mal al contratista aduciendo que los contratos eran de FONADE y que estaban amarrados por los problemas del Ñoño Elías y que por eso no se habían podido conceder. El Contratista no esperó más y decidió denunciarla. El Contrato era para la Cárcel de Cómbita en Boyacá.
Como podemos ver, las demandas, las quejas y los escritos que se han hecho en contra de la USPEC y de su Directora, surtieron el efecto deseado y la Directora fue retirada de su cargo. Es un buen síntoma, que los casos se denuncien, que los corruptos, donde estén, sepan que deben actuar conforme a la Ley y que hay muchos ojos viendo su accionar y su forma de utilizar los dineros, que son del Estado, en otras palabras, de todos nosotros. Ahí, en éste caso podemos decir, que LA CORRUPCIÓN EMPEZÓ A PASAR FACTURA.
Pero el tema de la corrupción también sigue cobijando al INPEC, en especial en el caso de sus Directores y sobre todo, aquellos Directores de Cárceles que no son Funcionarios del INPEC. Recordemos que se habla de que el Gobierno ha emprendido una lucha en contra del INPEC, que quiere acabarlo, para ello ha iniciado con el nombramiento de Directores ajenos al INPEC, miembros de la Policía o del Ejército, el mismo Director del INPEC es un Brigadier General de la Policía.
Las denuncias las formula la UTP. Su Presidente HORACIO BUSTAMANTE me habló de dos casos en los que los Directores conceden permisos especiales a los internos, sin la debida custodia, recordemos el caso que denunció la UTP de Palogordo, en Girón, Santander, a través de su Presidente, el Dragoneante NELSON SÁNCHEZ BANDERAS, contra el Director, un Teniente Coronel (R) del Ejército, lo acusan de persecución sindical, de acoso laboral, de incumplimiento de órdenes superiores, de violación de protocolos de seguridad y de ilegalidad en su nombramiento, como quiera que tenía una inhabilidad emanada de la Procuraduría.
Dice el Dragoneante Bustamante, que el acoso laboral se está sintiendo, que a él mismo incluso, le han hecho la exigencia de renunciar, todo obedece a una intención del Gobierno de acabar con el INPEC.
Hay un caso especial al que me quiero referir en éste momento. Por respeto a la persona, me reservo su nombre y el sitio de reclusión, amén de que su Proceso está en estudio y sería una violación del debido proceso que tienen las dos partes.
Es el caso de un funcionario de carrera del INPEC, a quien por denunciar un acto que se puede considerar de corrupción, precisamente de la USPEC, está en éste momento a punto de salir de su cargo, la Dirección del INPEC le “cobra“ el haber denunciado un hecho que no tiene forma de ocultarse.
Como dije en mi columna sobre la denuncia al Director de Palogordo, es muy difícil para los guardianes del INPEC trabajar en éstas circunstancias: con muy poco personal para cuidar a tanto interno, la desproporción es monumental, no tener la infraestructura física y las herramientas ni el personal para atender su principal función, la resocialización del interno, sobre todo, el condenado, a eso sumarle la presión sindical a que están siendo sometidos, la persecución laboral y los deseos mezquinos y malsanos de llevarlos al extremo para hacerlos renunciar, es algo que los está llevando a estados físicos y psíquicos delicados, definitivamente en Colombia el ejercicio de los derechos sindicales están escritos sólo en el papel, pero la realidad es otra y aquel que tenga la capacidad y el valor de denunciar algo, o es callado a la brava, como muchas veces se ha visto, o es reprimido a tal extremo que le hacen en un momento dado cortar los deseos de equidad que todo buen sindicato debe tener, sobre todo en la búsqueda de un bienestar verdadero del grupo de trabajadores que lo conforman.
Ahí está, señores lectores, ésta columna, para informarles lo que pasó ésta semana en la USPEC, el fin de una era de corrupción y lo que sigue pasando en el INPEC, donde se ve que a toda costa se quiere llevar al extremo a los funcionarios sindicalizados, para hacerlos renunciar y así, terminar de cumplir una labor que probablemente está escrita como una meta: ACABAR CON EL INPEC.
Desde éste sitio quiero servir de vocero a todos los miembros del INPEC que quieran hacer sus denuncias, con pruebas. Vuelvo a decir lo que siempre he dicho: EL INPEC, SUS DIRECTORES (LOS DEL INPEC), EL PERSONAL ADMINISTRATIVO Y LOS GUARDIANES, SON OTRA VÍCTIMA MÁS DEL HACINAMIENTO CARCELARIO EN COLOMBIA.
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