Sáb, 03/02/2019 - 08:42
Foto: Juan Carlos Aguiar y Jorge Ramos.

La lucha de un gigante

No acostumbraba a recibir mucha correspondencia, por lo que esa noche que me entregaron aquel sobre de manila me sorprendí bastante. Me lo enviaba mi padre y traía una nota con su puño y letra acompañada de un libro: 'Detrás de la Mascara' del periodista Jorge Ramos Ávalos. Lo leí con devoción y, aunque hacía ya unos años me dedicaba al periodismo, no pude evitar sentir un latigazo de sana envidia hacia un hombre que había conquistado, desde abajo, ese mundo en el que yo me sumergía lentamente.

Me lo crucé un par de veces en Venezuela y luego en Colombia, siempre en momentos cruciales de la historia. Era más bajo de lo que creía y profundamente más carismático de lo que cualquiera pudiera imaginar. Solo fue hasta 2006 que tuve el placer de conocerlo. Para ese entonces yo era Corresponsal de Univisión Noticias en Colombia y él, presentador estelar de Univisión, se había consolidado hacía mucho tiempo como uno de los hispanos más importantes en Estados Unidos.

Jorge, con su hoy característico pelo blanco, tiene una voz cálida y gruesa que envuelve a cualquier persona a su alrededor. Su imagen es la del típico reportero de la calle desprovisto de egos y majestuosidades. Su cuero, pues la piel la ha dejado en cada tragedia o guerra que ha cubierto en más de 35 años de periodismo, está curtido por el sol de la Florida donde, de manera impecable, se ha convertido en una especie de camino a seguir por todos los que a diario vivimos el periodismo. Cada tarde, de lunes a viernes, lo veo pasar junto a mi escritorio en Univisión. Camina sin afanes, con las mangas de su camisa dobladas hasta los codos y generalmente en jean. Siempre lleva una pequeña cartera negra en la que guarda sus elementos básicos de aseo. La última vez que hablé con él fue hace pocos días. Nos encontramos en el baño, a donde se dirige siempre que me saluda. Mientras se cepillaba los dientes le dije que yo debería tomarle una foto en ese momento para publicarla y mostrar como se arregla antes de sentarse en el set de noticias. Se rió con ganas y me respondió que así se darían cuenta que él se organiza un poco para salir en televisión.

Sencillo y extremadamente humano. Así es el periodista que ha cuestionado a algunos de los personajes más poderosos del mundo. No es por nada que en su perfil de Twitter tiene una frase que resume su esencia y la de quienes hacemos esto: "Si no es contrapoder no es periodismo". En Colombia, muchos creen que es de izquierda porque ha puesto contra las cuerdas al expresidente Álvaro Uribe; pero en las últimas horas, en Venezuela, el gobierno lo sindicó de ser de extrema derecha cuando Nicolás Maduro se incomodó con sus preguntas. Y es que Jorge no tiene pelos en la lengua para escarbar en lo más profundo de sus entrevistados y desnudar, frente a la cámara, esos secretos que algunos quieren esconder.

Aunque hoy los medios de América hablan de como el régimen venezolano lo retuvo de forma ilegal, junto a su equipo, el episodio que más se recuerda del osado mexicano estadounidense, es el de aquel día cuando, en medio de una acalorada contienda presidencial, Donald Trump le ordenó sentarse cuando el reportero le intentaba preguntar, en una rueda de prensa, por el muro que pensaba construir entre Estados Unidos y México. Ramos se negó y el millonario empresario mandó a sacarlo de la sala. Lo hicieron a empellones y el encargado fue un hombre que a pesar de llevarle más de una cabeza de altura, no logró intimidar a Jorge. Al día siguiente lo escuché decir, con ese mismo tono con el que presenta las noticias a diario, que si él se hubiera sentado habrían sentado a millones de inmigrantes hispanos en Estados Unidos. Para él, eso hubiera sido imperdonable.

No necesitó más para que en la redacción de Univisión Noticias, reafirmáramos ese sentimiento de admiración hacia un hombre que en 2015 ocupó una de las portadas de la Revista Time como uno de las 100 personas más influyentes del mundo. Curiosamente el mismo día en que se conoció la foto de la portada, hubo una sana discusión editorial en el noticiero y Jorge estuvo en el lado de los que perdieron. Él, con un sentido del humor sin igual, dijo: "Si ven, y en Time dicen que yo soy influyente". Una sonora carcajada rompió el ambiente de franca camaradería que allí se vivía y fue entonces cuando entendí que si alguien, que como yo es periodista, quiere imitar a otro, ese debe ser Jorge Ramos Ávalos.

En Twitter e Instagram: @JCAguiarNews

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