“Lo que sólo ocurre una vez es como si no ocurriera nunca. Si el hombre sólo puede vivir una vida es como si no viviera en absoluto”.
La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera
Es la literatura la que concibe darle vida a la historia y a sus hombres; es la herramienta de transición entre un tiempo y otro, concediendo a las personas poder volver a vivir un acontecimiento proporcionando otra vida, otra perspectiva en ello. A la literatura a lo largo del tiempo se le han atribuido múltiples funciones en cuanto a su relación con otras áreas y a los recursos que esta utiliza. Asimismo, la literatura ha sido puente entre el autor con el mundo que lo lee, es de esta manera que cuando hablamos de literatura, estamos hablando de interpretaciones y reinterpretaciones, una construcción y reconstrucción de lo que se propone el autor, y el matiz que el lector le da.
En el mismo orden de ideas, se puede hablar de una literatura que va de la mano con la historia, y de una historia a través de la literatura es así que cabe resaltar la importancia que tiene el autor y la obra, la combinación que este hace con la realidad y la ficción, y el propósito de esta con el lector. Muchos de los textos literarios están ligados a instituciones que le otorgan el carácter y el valor a una obra. Ya sean desde el ámbito social, académico, así como, religioso o político, entre otros. ¿Es aquí cuando se puede pesar en cuál es el apoyo de la literatura tiene hacia la historia? Existe un vínculo que enlaza a lo social en tanto a la literatura como a la historia, por un lado el estudio de las ciencias sociales, y por el otro una creación literaria, que al lograr fusionarse concibe una realidad simbólica de ella como afirma Beatriz Sarlo: “Los materiales de la historia literaria son históricos por su emergencia, es decir, porque provienen del humus temporal que acostumbramos a llamar historia en el sentido de un pasado y, por lo tanto, esa pertenencia garantizaría la posibilidad de escribir su historia”.
Llegado a este punto, al pasar del tiempo, la literatura siempre ha estado ligada a lo histórico, y la historia ha necesitado de esta para poder crear una memoria, un testimonio, en el cual el autor exprese su punto de vista, o solo cree de esto un relato y construya de nuevo unos sucesos, hibridando sus personajes ficticios o existentes. Paralelamente, la obra al llegar a la sociedad depende de la convención de una que interpreta y da un valor, formulándole un sentido ya sea imaginativo o histórico. “La forma social de la producción y la recepción literaria es, para esta perspectiva, más que institucional, ideológica y retorica” La construcción de la historia en la literatura es un trabajo complejo, ya que se debe valer de diversos medios. La obra se debe sustentar de un proceso investigativo, de un lenguaje, de reconstruir la historia, fomentando una correlación entre esta y una sociedad. Por esta razón, la creación literaria de la mano con la historia, se ha permitido apostar por una articulación entre diversos géneros como la crónica, la ficción, la historia (anales, biografía, memorias, documentos) en la cual la literatura se convierte en una herramienta artística.
Un discurso que puede interpretarse de muchas maneras en cuanto a la intención del autor o de la obra misma. Obras marcadas entre un recurso ficcional, y la realidad misma de los acontecimientos que en ella se narran y el impacto social que este relato tiene al ser una construcción de sucesos trascendentales en la historia.
Exploraciones históricas con las que podemos acercarnos a un contexto específico del cual se desligan interpretaciones según los juicios de valor o el acercamiento a los hechos narrados y como estos pueden cambiar a través del tiempo, ya sea por un alejamiento temporal, como por los recursos literarios, entre los cuales se encuentra el lenguaje empleado, o la forma en que se simboliza lo desde una perspectiva imagina0tiva y fiel a la realidad. “La literatura, en ocasiones trabaja con los residuos de los saberes y, en otro momentos, coloca a los saberes en su mismo centro…Esos saberes son las sombras de la literatura pero también la medula de la historicidad”.
Con lo anterior, cabe resaltar los análisis simbólicos o psicoanalíticos de la novela y el propósito de esta, ya sea en reflejar, en moralizar o simplemente contar y de cómo lo anterior es analizado, criticado, entendido o malinterpretado por la sociedad y el lector, y además, como el texto se convierte en el recuerdo histórico y social de una época. “La trama de sentidos de los textos de la cultura se proyecta desde diferentes redes semiológicas cuyas convenciones son especiales y que exigen ser reconocidas para que la lectura construya su sentido desde esa trama…su importancia no es menor cuando, desde la perspectiva de la historia, la literatura es pensada como sustento de un saber sobre el pasado”.
Todo lo anterior fundamentado en la necesidad del autor de dar un relato que no solo de cuenta de los hechos, sino a través de literatura (ficción-lenguaje e imaginación), mostrar una realidad y con esto presentar una novela que se proyecte en el futuro sustentada en el pasado. La forma en que las obras perciben la realidad y se convierte en un inventario histórico, y el aspecto que le da a la realidad representada en los recursos estéticos, que no solo se limita a contar y dar información sino que busca llegar al lector con base en el lenguaje antes mencionado y lo narrado en este caso realizando analogías: “La literatura no puede ser leída haciendo abstracción del régimen estético, y esto quiere decir que el historiador no debe leerla solo como depósito de contenidos e informaciones”. En cuanto a la interpretación y construcción de historia a través de la literatura se debe ir más allá de solo el contenido, sino, que además se debe reflexionar como se relaciona el texto con el lector (sociedad) se debe abrir la posibilidad de articularlas en un mismo sentido, no precisamente revelando en su contenido hechos completamente ligados a la realidad, sino, descubriendo la capacidad de verosimilitud en los hechos que no son precisamente adheridos a la realidad, sino en su ficcionalidad en partes de lo narrado como un instrumento literario, simbólico que guarde relación con lo social y el relato, construyendo con base en lo histórico. “La construcción de universos ficcionales no informa solo sobre lo que esos universos representan, sino que las relaciones formales que articulan la construcción pueden explicar en un sentido socio-histórico”.
La literatura encuentra en sí una manifestación del mundo invitando al lector a percibirse en la obra y a divisar su interioridad que ha salido al exterior en forma de acontecimientos, de conflictos, de pensamientos con un pasado y un presente construyéndose, proyectándose en su extensión, tanto cultural, social histórica, literaria, todo esto en pro de una construcción de la realidad. “Borges sugiere que en la literatura la lectura del mundo es potencialmente ilimitada porque cada lector ve otro mundo”, según Ortega. J.
Añadir nuevo comentario