Dom, 11/08/2020 - 10:57
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¡No lo mates, no la mates!

Por lo que más quieras no lo mates, no la mates. Merece la vida tanto como todas las personas. Nada de lo que haga en la vía merece que propicies su muerte. Aprende a controlarte, a controlar tus impulsos, verifica que usas las señales de tránsito y que disminuyes la velocidad en centros poblados o en zonas residenciales. Usa los límites de velocidad permitidos y se prudente. Si alguien comete un error, perdónalo y no lo cobres con su vida. La culpa o el dolo no atenúan la muerte.

Buenos días o tardes o noches. Te escribo desde el corazón y con el corazón porque sé que también lo tienes. Porque estoy convencido de que alguna chispa de cordura y bondad debe haber en ti.

Entiendo que vivas de afán, que pocas veces puedas controlar tus impulsos frente a las cosas que te molestan en el día a día. Que probablemente eres muy fuerte y duro o dura de carácter, que algunas o muchas veces te guste consumir licor o sustancias psicoactivas y que creas que estar tras el volante de un vehículo te empodera.

Es posible que veas en los otros una serie de personas inconscientes, tontas, que no saben conducirse por las calles, que comenten errores, que transitan por la calzada siendo ciclistas y teniendo una ciclorruta al lado. Que siendo peatones no cruzan el puente a pie y prefieren hacerlo por debajo. Que al conducir una moto se atraviesan imprudentemente.

En Colombia los ciclistas, para tu información, pueden circular por las calzadas así haya ciclorruta al lado. Pueden ocupar un carril como otros vehículos y eso debe tenerse en cuenta. Algunos peatones pueden ser imprudentes, es cierto, al igual que algunos motociclistas o conductores y conductoras de otros vehículos.

Quiero hacerte caer en cuenta que las carreteras y las vías de las ciudades no son propiedad privada, ni de uso exclusivo de algún vehículo; ni siquiera las vías de los metros lo son porque hay interacciones con los pasajeros permanentemente y en especial en las estaciones.

Siempre hay que compartirlas y la ley de la selva no es la mejor forma de hacerlo. No debe imperar la ley del más fuerte. Las señales de tránsito intentan, buscan y muchas veces logran contribuir con la organización del tráfico en municipios, ciudades y carreteras. Pero depende de ti y de los demás que cumplan con su objetivo.

Entiendo también que hay cosas que te pueden incomodar como respetar los límites de velocidad o reducirla cuando se cruza por un centro poblado o por una zona residencial. Disminuirla cuando pasas por intersecciones por las que circulan peatones, ciclistas y motociclistas. Niños, niñas y personas viejas.

Pero si estás bajo la influencia del alcohol o de sustancias psicoactivas y conduces, debes pedir ayuda. Probablemente tengas una adicción que pone en peligro la vida de los demás y la tuya misma.

Si poco puedes controlar tus impulsos, por favor asiste a una terapia, visita un psicólogo o un psiquiatra o pide ayuda. La salud mental también hay que cuidarla y hacerlo no es malo ni se estigmatiza en la sociedad. Al contrario, quien cuida su propia salud es bien visto por los demás.

Si eres un conductor o conductora principiante, por favor no te confíes. Adquiere experiencia poco a poco pero siempre con cuidado. Disminuye los riesgos de choque, atropello, volcamiento, o caída para el caso de quienes conducen moto o son ciclistas.

Los invito a todos cordialmente, a compartir las vías en paz. A usar las señales de tránsito. A ver en el otro, peatón u ocupante de vehículo, alguien con valores, historia, familia, amigos. Alguien que también tiene derecho a circular en paz, sin que deba ser víctima de homicidio ya sea con culpa o con dolo.

Si ves que alguien en la vía comete un error, perdónale. ¡No lo mates, no la mates! Merece la vida tanto como todas las personas.

Tu conciencia estará tranquila, habrás promovido la vida y sido ejemplo para tus hijos o hijas, sobrinos o sobrinas o para la sociedad.

Nada de lo que haga nadie en la vía merece la muerte. Recuérdalo. Y no conduzcas bajo los efectos del alcohol o de sustancias psicoactivas, disminuye la velocidad de modo que puedas reaccionar ante un imprevisto, aprende a controlar tus impulsos y no descargues tu ira sobre los demás.

Todo menos agredir o matar. Con culpa o sin ella.

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Conducir un carro, para algunos, es como portar un arma. La fragilidad y vulnerabilidad está en los que está al rededor del carro. Gracias por el escrito.

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