Mar, 11/26/2019 - 10:07
Foto: Néstor Martínez

Pensando en voz alta

Qué momento tan interesante el que vivimos en Colombia por estos días, pleno de señales para considerar desde diferentes enfoques (social, económico, político, religioso, ético, psicológico, etc.), todos ellos coincidentes en un aspecto: Humano.

Nuestra vida en el planeta, concebida como una experiencia material para un ser espiritual, está llena de estas pequeñas y grandes lecciones que nos permiten ir aprendiendo y creciendo en las distintas facetas de nuestro anguloso y polimórfico ser, puliendo aristas hasta volverlo perfectamente esférico.

Si se enfoca la atención en lo que atañe al individuo como parte de un colectivo, resulta grato contemplar la consciencia de pertenencia que la gente está manifestando, el sentimiento de que algo está afectando a todos y todos deben responder, no quedarse en casa sufriendo televisión. Por supuesto que no hemos alcanzado al mono número 100, pero el tamaño de la movilización del 21N no se había visto en Colombia.

Por otra parte, enfocada la atención en el fuero interno de cada uno, se puede percibir una oportunidad de evaluación personal de los principios éticos y morales (y de otros órdenes, pero atenderé éstos) que guían la vida de cada uno.

¿Estoy maldiciendo por la muerte de Dilan? ¿Estoy reclamando JUSTICIA por su muerte? ¿Estoy reaccionando de la manera adecuada? ¿Se mueven mis emociones más hacia el odio y la venganza, o hacia el amor y la compasión? ¿Qué acciones estoy tomando, o son sólo reacciones?

Toda respuesta es correcta, porque una evaluación muestra un estado actual de lo considerado, no una descalificación frente a un estándar arbitrariamente fijado, y ésta es la belleza de la Escuela Vida. Cada uno está en un curso y nivel diferentes, así que todos estamos bien donde estamos; se trata solamente de COMPRENDER dónde estamos.

Una vez ubicada mi actual posición, ¿me siento cómodo con ella, quiero permanecer ahí? O, por el contrario, ¿quisiera modificarle algo? Aquí puede aparecer el impulso de crecimiento, de mejora, y nos lo promueve esta situación de crisis que aparece en nuestra historia, mucho más productiva que la calma chicha del "statu quo".

De este sentir consciente y profundo de lo que realmente soy hoy puede surgir también una revisión de mis creencias (filosóficas, políticas, religiosas, de autoimagen, etc.) y decisiones para cambiar conductas que contradicen mi pensar, o para cambiar creencias que contradicen mi real sentir.

¡Qué bueno está resultando este período en la Escuela Vida! GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS. 

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