Esta foto es de la noche del pasado jueves, viendo una serie de Netflix como a las 11 pm, antes de dormir. Estaba en Fort Myers donde el huracán Ian dejó caos y desolación. No había Internet, ni señal de celular, ni agua y mucho menos energía eléctrica.
Con todos los hoteles cerrados la única opción era dormir en el carro. ¿Difícil? Un poco, pero siempre, en cada desastre, pienso en los que acaban de perderlo todo y eso me da fortaleza.
Hay que contar sus historias para que las ayudas lleguen pronto, pero sobre todo para que aprendamos a estar preparados. Aunque la tecnología avanza y se encuentran más medidas de seguridad, los golpes de la naturaleza cada vez son más fuertes.
Ojalá entendamos que hay que cuidar el planeta para que él también nos cuide a nosotros. De lo contrario desapareceremos todos.
Añadir nuevo comentario