Dom, 10/23/2022 - 10:33

Santos en Colombia. 1980

Toda Santa Marta lloró a Lucho Barranquilla: los niños que jugaban con él en los parques, las viudas y los huérfanos que protegía y los policías que comían de su mano y toda la ciudad que vivía de sus préstamos y donaciones.
Y también lo lloró San Agatón.
 
San Agatón es el santo patrono de los borrachos y toda la c osta colombiana los domingos de carnaval acuden al pueblo para llevarlo en procesión cantándole porros y vallenatos y dándole aguardiente, como le gusta al santo. Pero los borrachos pasean a un impostor de barba blanca venido de España, El verdadero San Agatón que tenía cara de indio y sombrero volteao, fue secuestrado por un cura antialcohólico hace medio siglo que huyó con él escondiéndolo bajo la sotana.
 
Dios castigó a ese cura con la lepra y al sacristán que lo acompañaba le volteó los ojos.
 
El verdadero San Agatón está escondido en un pueblo de Sucre y por estos días viajó a una comitiva a pedirle que regrese. 
 
—Desde que te fuiste —le dicen— se fue la alegría.
 
Pero el Santo se niega:
 
—Ustedes mataron a Lucho Barranquilla—, respondió.                                                           
 
En Monserrate, en el centro del país, veneran un cristo que cayó de la cruz y yace sobre un bosque de muletas, bastones y otras prótesis de fieles agradecidos porque les permitió volver a caminar.
Y al sur del país, pegado a la frontera con el Ecuador, hay un pueblo llamado Juan San de Carlosama que es el santo de los contrabandistas y esta rodeado de toda clase de electrodomésticos y hasta automóviles y camiones en miniatura que le han dejado fieles agradecidos porque les ayudo a que les fuera bien en “el negocio”
 
La historia cuenta que durante la Independencia el pueblo se negó, se reunieron en la plaza principal y juraron ser fieles a Carlos Rey de España. Para sellar su juramento se cortaron las venas y con su sangre testificaron en un pergamino que enviaron al soberano.
 
Cuando su majestad recibió ese testimonio de fidelidad ordenó que enviaron al pueblo, “de cuyo nombre no quiso acordarse” un óleo de San Juan con una carta que decía:
 
—Pueblo de yo qué sé: Carlos Os Ama.
 
Y el pueblo volvió a reunirse en cabildo abierto, se cambió el nombre al de san Juan de Carlosama y nombraron al santo patrono del pueblo cuya actividad económica sigue siendo traer contrabando desde la hermana república.

Mala suerte, falla humana, mal tiempo. 1981

Un avión cae a fines de mayo y así acaba Jaime Roldós, presidente del Ecuador. Algunos campesinos escucharon que el avión estalla y lo vieron caer en llamas antes de que se estrelle.

No se permite a los médicos analizar el cadáver, no se intenta la autopsia. No aparece la caja negra: dicen que el avión no tenía. Los tractores aplanan el terreno del desastre, se borran las grabaciones de las torres de control de Quito, Guayaquil y Loja. Varios testigos mueren en sucesivos accidentes. El informe de la Fuerza Aérea descarta de antemano cualquier atentado.

Mala suerte, falla humana, mal tiempo. Pero el presidente Roldós estaba defendiendo el codiciado petróleo del Ecuador, había restablecido relaciones con la prohibida Cuba y apoyaba las

malditas revoluciones de Nicaragua, El Salvador y Palestina.

Dos meses después otro avión cae, en Panamá. Mala suerte, falla humana, mal tiempo. Desaparecen dos campesinos que habían escuchado la explosión del avión estallando en el aire. Omar Torrijos, culpable del rescate del canal de Panamá, sabía que no iba a morir de viejo en una cama. Y casi enseguida, un helicóptero se derrumba en el Perú. Mala suerte, falla humana, mal tiempo. Esta vez la víctima es el comandante del ejército peruano, general Rafael Hoyos Rubio, viejo enemigo de la Estándar Oil y de otras sociedades internacionales de beneficencia.

(Eduardo Galeano El Siglo del Viento, págs., 315 y 316)

La Guerra de las Malvinas. 1982

En los 74 días de duración, murieron 650 combatientes argentinos y 255 británicos, y tres civiles.

Los generales argentinos que planificaron la invasión, y planeaban invadir otras islas que - de acuerdo a un laudo papal al cual se habían acogido -pertenecían a Chile, juraron derramar en esta guerra hasta la última gota de sangre, pero, ni hicieron presencia en los frentes de batalla y los oficiales que fueron a luchar, antiguos torturadores, desaparecieron a la hora de la rendición, que fue declarada por otro general que desobedeció ordenes la dictadura militar

Los muchachitos cazados en los sectores pobres de la población para prestar el servicio militar, en su mayoría, murieron mas de frío que de bala.

En busca de la solidaridad continental, Argentina invocó el 28 de abril el órgano consultivo del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) que aprobó por 17 votos y 4 abstenciones —Estados Unidos, Colombia, Chile y Trinidad y Tobago— una resolución de nueve puntos que urgía a Reino Unido a cesar las hostilidades y a Argentina a procurar no empeorar la situación.

Estados Unidos espiaba vía satélite las tropas para advertir a los Ingleses a los que también suministró armas y tecnología avanzada, Chile, con sus radares advertía a los ingleses de las maniobras de la nación argentina; Trinidad y Tobago, antigua colonia inglesa y el tercer país del continente con mayor ingreso per cápita, después de Canadá y Estados Unidos, no cumplió con el TIAR por sus lengua y costumbres y economía con la Gran Bretaña, y Colombia porque, de acuerdo con el presidente Turbay Ayala y su canciller, Carlos Lemos Simons, Argentina no era el país agredido sino el agresor.

El Perú, también con dictadura militar, aprovecho para venderle a su país hermano unos aviones tan dañados que no pudieron despegar

Como consecuencias del conflicto la dictadura militar, que destacó agentes para que en los medios de comunicación gauchos dieran siempre noticias favorables -se hizo famoso un titular que rezaba: “Estamos ganando”.

Se cayó la dictadura argentina y el gobierno de la primera ministra Margaret Thatcher, se fortaleció,

En la actual Constitución Argentina está escrito que las Malvina son territorio argentino, así como en el Escudo de Colombia está el territorio de Panamá.

ALGO QUE ALGUIEN DIJO: Los periódicos son los ferrocarriles de la mentira. (Jules d´Aurevilly (1808-1889) Escritor francés

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