Dom, 05/02/2021 - 10:51

Ustedes, los idealistas

Ustedes, los idealistas, que están convencidos de transformaciones y revoluciones. Ustedes, que escriben y pintan y cantan por sus ideas, que le apuestan a la coherencia, a la lucha, a la convicción, son inofensivos, claro, pero sí decimos que son peligrosos, nadie va a refutarnos.

Y siempre lo hemos dicho, por supuesto: que son peligrosos, que son terroristas o aliados de terroristas. Que quieren desestabilizar el orden y la patria, que quieren destruir los símbolos. Les decimos vándalos y terroristas y así, cuando disparamos en su contra, nos hacemos llamar héroes.

Aquí la que importa es nuestra versión. Porque ustedes tendrán canciones y libros, cómo no, pero nosotros tenemos noticieros en todos los canales, periódicos y revistas y periodistas en las emisoras de radio que dicen y escriben nuestra versión y con cada párrafo, con cada noticia, van haciendo de nuestra versión la versión oficial que se vuelve verdad y después Historia, esa que escribimos con mayúscula para hacerla definitiva e incuestionable, esa misma que luego estará en los textos escolares y en los libros revisados y aprobados por nosotros.

Ustedes tendrán ideas –ideales, los llaman-, pero nosotros tenemos las armas. Y el Poder, claro. Porque el Poder se sostiene con la fuerza y la opresión cuando hace falta, ustedes lo saben bien.

Ustedes tienen la convicción, nosotros la conveniencia. Por conveniencia hemos matado y encubierto y con esa misma conveniencia pagamos favores, compramos testimonios, mandamos a fabricar pruebas y a redactar titulares y noticias. Nuestra única convicción, nuestro único ideal, para ponerlo en sus palabras, es el Poder. Lo hemos dicho antes. Y Poder, lo que se dice Poder, lo tenemos todo. El dinero. Las armas. La información a conveniencia. Somos el Poder. Eso somos y eso son ustedes: seres inofensivos que se levantan cada día creyendo que lograrán cambiar algo. Tenemos héroes y ustedes mártires. A nuestros héroes los reclutamos, los obligamos a marchar en fila, con uniformes y botas militares, los convencemos de que son eso, héroes, aunque no sean más que fichas de un juego, nuestro juego, y por medio de ellos disparamos, oprimimos e imponemos orden, que es obediencia y silencio.

Así que no importa. El ruido se volverá silencio esta vez, como tantas otras veces. Al final, seguirán siendo idealistas y los señalaremos como enemigos y nosotros seremos el Poder: los salvadores, los  héroes, los redentores que pasarán a la Historia, esa que según ustedes nos condenará, pero no lo hará porque la Historia la escribimos nosotros.

 

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