Todo eso sin mencionar que el mundo lo estamos acabando justamente nosotros. Y cuando digo que el mundo está por acabarse es porque está a punto de empezar una posible tercera Guerra Mundial. Esto, para los medios, los periódicos y la prensa internacional, porque guerras siempre ha habido, siempre habrá, son infinitas y siempre estamos en guerra, porque nosotros, como se sabe desde que existimos y desde que dejamos los árboles para empezar a caminar, como si fuéramos los dueños del mundo, siempre estamos en guerra. Y cuento esto porque, aunque ustedes estén allá y yo acá, estamos combatiendo, somos parte de un batallón, de un comando, de un grupo de carne de cañón que va hacia la nada o hacia algo sin nombre que come gente viva. Sin percatarse, en este preciso momento, ustedes están en sus oídos, dejando que yo llegue a ellos y dejándolos creer que soy yo el que les está entregando algo o contando algo o diciendo algo, cuando, en realidad, soy nada más un trozo de carne muy pequeño e insignificante, que está yendo hacia la guerra, hacia algún lugar en el que no sabe qué pasará ni qué se hará con lo que es y será luego de esto. Me refiero, por supuesto, a su pensamiento, a lo que ustedes llevan en su cabeza y a lo que hacen con eso luego de que salen de acá, de este lugar en donde semanalmente vengo a contarles, a decirles, a proponerles, a leerles la mente y a responderles las preguntas que alcanzo a responder según el tiempo que se me asigne. Y sí, ya sé que cada quién hace de su pensamiento lo que quiere, o lo que puede, para no engañarnos tanto, pero todo esto que digo es para que pensemos en que su pensamiento, mi pensamiento y nuestro pensamiento son un solo pensamiento y, quizá con suerte, el pensamiento del mundo, el pensamiento del universo, el pensamiento de un dios o de todos los dioses. Y es por eso que estoy aquí, o desde aquí, que importa todo lo que he venido diciendo y todo lo poco que llegue a decir de aquí en adelante, que todo lo que piensen, piense yo y pensemos, lo estará pensando la humanidad.
Dicho esto, piensen, por favor, lo que quieren. Solamente piensen lo que quieran.
Sí, para la señora que se lo está preguntando allá en la última fila que casi no se ve, pero que alcanzo a leer su mente como es costumbre. Sí, señora, yo también pienso y yo también estoy pensando en que mis pensamientos son la humanidad. Por eso es que, a veces, pienso más de lo que vivo. Por eso es que la mayoría de las veces imagino más de lo que vivo. Y es por eso, entonces, que me dedico a escribir el mundo, porque, aunque todos lo escribimos, casi nadie se sienta a escribirlo.
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