Los azares del mundo son tantos y tan impredecibles que, sin necesidad de salir de mi casa, y ni siquiera de estar haciendo algo específico, o algo diferente a leer tumbado en mi sofá, sin saber exactamente cómo, perdí mi documento de identidad anoche y, gracias a eso, y a que las personas que suelen solicitarlo están equivocadas en sus motivos y no en sus procedimientos, y yo siempre quiero evitar llegar a esa coyuntura a debatir sin necesidad, tuve que vivir varias vidas, a la velocidad de la luz, para poder llegar a este lugar a trabajar con la palabra, a hacer lo que estoy haciendo hace más de cien palabras.
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