La ciencia y la poesía tienen muchas más cosas en común de lo que los científicos y los poetas creen, pero no soy yo, que soy una cosa y la otra, el más adecuado para decirlo, aunque en esta ocasión es mi deber y salvación, porque justo antes de entrar acá, y a lo mejor porque venía a hablar de otra cosa, alguien se me acercó para hacerme una pregunta simple y poderosa, y la dejó caer entre los dos, como si se tratara de una bomba o una semilla que necesitaba nacer.
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