Sáb, 05/23/2020 - 08:19

CUARENTA

Siempre me dijeron: "Aprovecha tu juventud". Esto hice.

Pero ahora me encuentro arrinconado

en la esquina de la juventud.

 

Me encuentro arrinconado

en el silencio real.

 

Pero, ¿Cuál es la diferencia

entre el silencio real

y el silencio de mi espíritu

de mi adolescencia?

 

Los dos silencios

terminan donde terminaban

mis recorridos solitarios

de la infancia:

En el río Pamplonita,

en los árboles de Cúcuta,

en el atardecer...

 

Yo sabía que esto pasaría

si no ganaba mi apuesta,

si no me agarraba

de "lo que había que agarrarse":

Del amor y sus traiciones,

de las falsas amistades,

de lo que me dijeron era el mundo.

 

Yo leí mi vida.

 

Desde la infancia leí mi vida,

desde cuando tenía insomnio

y despertaba a mi padre

en la madrugada

y le decía que no podía dormir

y él me decía con ternura

que él tampoco.

 

A pesar de esta impotencia irreversible,

esta vida ha tenido algo de felicidad...

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