Los medicamentos en Colombia cuentan con diferentes condiciones de venta: uno son los de venta libre (como antigripales y analgésicos como el acetaminofén o ibuprofeno) los cuales se promocionan por medios masivos y pueden comprarse en almacenes de cadena, los otros son los de venta bajo prescripción, estos solo pueden adquirirse y usarse, como su nombre lo indica, después de ser prescritos por un profesional de la salud habilitado para ello.
Ningún medicamento de venta bajo fórmula debe ser comprado sin la misma (por ejemplo, medicamentos para la diabetes o hipertensión) a pesar de que los pacientes los usen rutinariamente. Estos medicamentos pueden generar riesgos importantes para la salud si no se usan bajo la prescripción y supervisión de un profesional de la salud.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la automedicación es el uso de los medicamentos (de venta libre), basado en signos y síntomas leves que las personas pueden identificar fácilmente, con el fin de mantener una buena condición de salud. Sin embargo, ésta debe ser una práctica responsable, pues el uso indiscriminado de los medicamentos podría acarrear riesgos asociados a eventos adversos, como ocultar las manifestaciones de la enfermedad, generar daños colaterales en otros órganos; e incluso la prolongación y/o empeoramiento de la enfermedad para la cual están siendo usados. No verificar las contraindicaciones y/o no seguir las pautas de dosificación indicadas por el fabricante en el empaque, ponen a los pacientes en situaciones de riesgo.
“Ante la presencia de síntomas leves, las personas suelen acudir a familiares, amigos, vecinos, consultar en internet o acudir a las farmacias para encontrar el medicamento adecuado y así tratar su condición. Esto solo puede hacerse con medicamentos de venta libre, los de venta bajo prescripción solo pueden ser ordenados por profesionales de la salud habilitados para ello. Por lo que la automedicación responsable implica que los pacientes hayan recibido toda la información sobre el uso e indicaciones de los medicamentos previamente por un profesional de la salud autorizado” aseguró Alejandra Cruz, Directora Ejecutiva de la Asociación Colombiana de Farmacovigilancia.
En línea con lo anterior, es importante precisar que el personal de las farmacias o droguerías cumple con la función de verificar, no de realizar la prescripción, además de dispensar el producto de manera responsable e informada, y hacer una pedagogía al paciente sobre el uso del medicamento. “Cuando el paciente va a una droguería, la entrega del producto la hace siempre, por norma legal, personal calificado encargado de indicar cuáles son las contraindicaciones y riesgos de ese medicamento, así como sus instrucciones de uso y almacenamiento en casa”, resaltó Claudia Sterling Vicepresidente Legal y de asuntos Corporativos de Cruz Verde.
Sterling destacó que los gestores farmacéuticos, a través de las droguerías y centros de distribución, son los únicos establecimientos de salud que llegan a todos los departamentos del país, y a su vez, a los sitios más apartados, para realizar una entrega responsable de medicamentos a cada paciente según la prescripción médica, mediante una gestión de dispensación informada.
Para evitar la automedicación irresponsable de medicamentos de venta libre, la Asociación Colombiana de Farmacovigilancia recomienda a los pacientes:
Añadir nuevo comentario